Hay experiencias que refuerzan el rumbo de nuestras vidas y, para mí, Morena significó eso.
¿Qué puede hacer una joven en política, que lo único que tiene es un enorme entusiasmo por cambiar las cosas? Mucho, tal vez no se nota, como se nota de manera tangible el esfuerzo de una arquitecta en una obra o una ingeniera terminando la carretera que tanto se necesita.
Hoy, después de haber transcurrido 8 años del día en el que la encomienda estatal se nos delegara, puedo decir con firmeza ¡Se logró mucho!
De la mano de compañeras y compañeros dirigentes, caminamos en búsqueda de #ElLugarQueNosCorresponde, el camino no fue fácil.
Después de caminar por todo el estado y de pasar de ser la joven tímida a quienes pocos escuchaban. Después de emprender giras por todo Oaxaca, conociendo la geografía y vomitando por la falta de experiencia en las carreteras; de escuchar las preocupaciones, las necesidades y requerimientos, regresé a casa pensando en todo lo que se tenía que cambiar y todo el trabajo por hacer, pero también regresé motivada por todas las muestras de amor y solidaridad con aquellos soñadores andantes, que con una mochila en la mano y un periódico, fuimos construyendo la transformación soñada.
Sentí frustración, sí, por no poder darle de comer a aquellos niños con los que jugué en mi primer campaña, por no poder comprarle sus patines a Toñito, cuya mamita luchaba contra el cáncer para poder cumplirle después el sueño a su hijo, por aquellos abuelitos que lo perdieron todo y solo vivían de la venta de semilla tostada.
Sufrí cuando los viejos políticos me dijeron el pensamiento retrógrada de: los jóvenes no sirven; y que solo me relegaran a asuntos poco trascendentales.
Sufrí cuando me enteré que aquel equipo, por el que yo me enfrasqué en conflictos políticos, solo me utilizó como moneda de cambio y que, innecesariamente, me generó los problemas que siguen pesando dentro de mi carrera.
Me enojé del oportunismo de muchos que, de manera tan fácil, les resulta a algunos ocuparlo sin discriminación, sin remordimiento.
Sufrí, pero entendí el mensaje, uno no se hace valiente sin la experiencia, uno no mejora como persona sin la vivencia de los errores, uno no reflexiona sin vivirlo.
Hoy sigo siendo aquella mujer que soñó con hacer una política diferente, que ama el trabajo de campo, la visita a Doña Pipí, a Doña Conchita, aquella joven que, con mochila en mano, agarra camino en búsqueda de una transformación real.
Quienes nacimos y crecimos con Morena, estamos seguros que hemos ofrecido un gran aporte a nuestro país, con nuestro trabajo, le dimos la oportunidad a un gobierno de demostrar que nuestros abuelitos son prioridad, que nuestros jóvenes son el presente y el futuro del país, que la tierra se trabaja y que los frutos siempre llegan.
Hoy puedo decir que estoy muy satisfecha con el trabajo que realicé, que la secretaría fue el pretexto perfecto para entender que necesitamos estar en política, que los cambios son posibles, pero que aquel que tiene sueños colectivos es necesario que salga a este mundo tan frío y difícil a demostrar que no todos somos iguales.
Porque tenemos que seguir aquí hasta lograr #ElLugarQueNosCorresponde, ahora desde una nueva trinchera, una trinchera llamada Keny Martínez.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
Comentarios