De acuerdo con el periodista Ignacio Suárez, o también conocido como “El Fantasma Suárez”, el Grupo Orlegi, empresa dedicada a la incursión del fútbol mexicano, ha realizado un juicio en donde existieron actos de corrupción muy evidentes, en este se encuentra involucrado el Club Santos Laguna, ubicado en Torreón, Coahuila.
El Grupo Orlegi y su Presidente de consejo, Alejandro Irarragorri, se encuentra realizando un juicio en contra de una familia de ejidatarios de escasos recursos.
Juan Nava López, un agricultor que pertenecía a la familia de ejidatarios, era dueño del ejido “Paso del Águila”, de más de dos hectáreas, mismo patrimonio que obtuvo gracias a una herencia, sin embargo, es en la zona que se anunció la construcción del Territorio Santos Modelo (TSM) en el 2007 en cual tuvo una inversión de 100 millones de dólares.
El TSM fue construido en un total de 12 hectáreas, sin embargo, el 10 por ciento del área le pertenecía al fallecido Nava López, sin embargo, el agricultor no quería vender debido a que estaba ciego por un accidente que tuvo en los años pasados, por ello, no podía leer ni escribir pues no veía.
A pesar de que Juan Nava no se encontraba en disposición de vender su patrimonio, la construcción del TSM se realizó sin su consentimiento y se cercó el ejido sin un previo aviso al titular, cabe destacar que no recibió ni un peso por el uso de su ejido.
En el año 2013, ya no había nada que hacer, pues los hijos de Nava le comentaron que el ejido se había perdido y se contaban con unos documentos, sin embargo, resultó que la firma del exagricultor había sido falsificada, fue así que la familia de ejidatarios se respaldo en el abogado, Alfredo Ochoa.
Ochoa se percató de que los abogados de Grupo Orlegi, habían hecho falsificaciones, así como también se indicaba que el acuerdo se había realizado con la esposa de Nava, Tomasa Durán, sin embargo, la mujer había fallecido muchos años atrás.
Asimismo, los abogados de Orlegi también indicaron que notificaron a los hijos y ellos también se encontraban de acuerdo con la venta del ejido, sin embargo, para ese entonces los hijos de Nava eran menores de edad, su firma no tenía validez legal. De igual forma, en los documentos presentados se aseguraba que Nava había leído, aceptado y firmado la venta del lugar, pero, era evidente que no podía hacerlo pues era ciego y no se destacaba la condición médica del titular del ejido.
Debido a que el documento presentaba una serie de mentiras evidentes, el magistrado José Lenin Uribe indicó que se debía devolver el terreno a Nava y su familia, sin embargo, desde el 2009 se encuentran una tribuna y uno de los estacionamientos más importantes del Estadio TSM.
Por otro lado, el magistrado Lenin recibió presiones mediáticas por haber defendido a la familia, por lo que lo cambiaron de adscripción con sede en Yucatan, cuando se encontraba en Coahuila, en ese momento cambiaron de juez por la magistrada Rebeca Cortes.
Cortes destacó que el culpable era el señor Nava por no haber leído, no saber firmar y no cobrar por la presunta venta del ejido, también lo condenó por conducta dolosa y se aseguró que debe pagar una indemnización así como daños a grupo Orlegi, quien “siempre actúo de buena fé”, sin embargo, para ese entonces Nava ya había fallecido.
Ante la corrupta situación, los 7 hijos de Nava actualmente se encuentran en la búsqueda de justicia y han solicitado un amparo directo, cabe destacar que llevan 21 meses en espera de una resolución, también han comentado su postura la cual indica que si no tienen una respuesta certera y con justicia, acudirán a la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), pero, en caso de encontrarse con más corruptelas, acudirán a la Corte Interamericana de Derechos Humanos.
La resolución del amparo directo saldrá en los próximos días, pero, el abogado Alfredo Ochoa se encuentra en un grave peligro, recientemente fue secuestrado y amenazado, después fue “rescatado”, dejando en claro que se trata de un “escarmiento” por parte del Grupo Ortegi.
Ochoa emitió una carta al Presidente Andrés Manuel López Obrador para solicitarle protección ante su trabajo de defensa de la familia Nava Durán, quienes continúan buscando justicia con el ejido, mismo que actualmente ha incrementado su valor debido al tiempo y a las construcciones realizadas sobre él.
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