La responsabilidad del Estado se basa en el principio de que todo daño causado ilícitamente por él debe ser reparado de buena fe.
Por otro lado, es mezquina propaganda sentenciar como culpables, al presidente Andrés Manuel López Obrador, al canciller Marcelo Luis Ebrard Casaubón y al secretario de gobernación Adán Augusto López Hernández, de la trágica muerte de 39 migrantes en un centro de detención en Ciudad Juárez, Chihuahua.
En efecto, este lamentable acontecimiento es una dura prueba para el gobierno del presidente López Obrador pero posee la suficiente capacidad política para enfrentarlo y diferenciarse aún con mayor firmeza de las anteriores débiles administraciones federales y marcar con tinta guinda la línea del resto de sus predecesores.
Las acusaciones, señalamientos e imputaciones de la oposición no han cesado. Traen una festiva verborrea, sumamente contradictoria, sin precedentes. Pareciera que el gozo por escupirles en la cara al presidente y sus secretarios, sobrepasa el dolor de las pérdidas humanas.
Pero sin duda, el que se voló la barda con sus declaraciones fue Germán Martínez Cázares, fue el dolido, cenutrio y esbirro senador del “Grupo Plural” quien pidió al presidente López Obrador que destituya inmediatamente a Adán Augusto y a Marcelo Ebrard para demostrar que “no son iguales” a los políticos de enfrente. Y además los comparó, con Murillo Karam por Ayotzinapa y con Luis Videgaray por la crisis de la caravana migrante, respectivamente.
No te equivoques senador, por más que le hagas como Remi: brinques, saltes y corras pero sigas apuntando con el índice hacia el frente, el meñique, el anular y el dedo medio (sobre todo este último) te recordarán todo lo que hiciste y aún no pagas.
Aunque te envalentones como emisario de Ricardo Monreal y Pedro Haces Barba para manifestar tu rencor contra la Cuarta Transformación, por el simple hecho de compartir el mismo ADN moral con Felipe Calderón, quedarás invalidado.
No es lo mismo, ni son iguales. Ayotzinapa fue un crimen de Estado, aprobado por mandos de seguridad pública y del ejército en aquél entonces. Una revancha ejecutada, por cualquiera que fuere el motivo, contra estudiantes mexicanos. Recordemos, Murillo Karam, está preso en el Reclusorio Norte por gestión del actual gobierno.
La crisis de migrantes de Luis Videgaray “se resolvió” billeteando a los medios chayoteros y con su bonita retórica en el 72° periodo ordinario de sesiones de la Asamblea General de la ONU gracias al apadrinamiento de Jared Kushner, yerno de Trump. O lo que es lo mismo, al viejo estilo priista. ¡Así qué chiste!
Ojo Germán, absolutamente ninguna ligera comparación con el matrimonio que vivió en Los Pinos y encubrió a sus familiares por la muerte, también durante un incendio, de 49 niños sonorenses.
En este momento es responsabilidad del Estado investigar a fondo y encontrar a los culpables. No sólo de quienes hayan provocado el incendio sino también de quienes pudieran haber incurrido en negligencia o se hayan saltado protocolos de seguridad dentro de las instalaciones de este centro de detención.
Sin olvidar que, en efecto, esto fue una gravísima tragedia donde se perdieron muchas vidas humanas.
No hay por qué preocuparse, el presidente y los secretarios son responsables y por tal motivo moral, todo se esclarecerá. Sin duda, durante el tiempo de esta administración federal.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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