Durante los años recientes, el gobierno en turno ha optado por un modelo económico alterno al neoliberal. En este sentido, se ha generado un debate en el que al centro de la discusión se encuentra la pregunta: ¿Para que sirven los programas sociales de AMLO? Esta pregunta nos conduce a hablar sobre pobreza, sus causas y como reducirla.
La vitalidad de este tema es que nos encontramos dentro de un proceso electoral que está por definirse en menos de 40 días. Por lo que, es importante conocer de qué trata este proyecto económico que fue impulsado por la izquierda triunfante en 2018, y de esta forma entender las propuestas que presentan las candidatas y el candidato en la escena de la coyuntura nacional. Pues ciertamente, lo que se discute de fondo es el modelo económico que, desde luego, implica un modelo ideológico y político.
Durante un programa de Largo Aliento que conduce Sabina Berman, Enrique de la Madrid, hijo del expresidente Miguel de la Madrid, con quien dio comienzo el modelo neoliberal en México, señaló: “El problema (de la pobreza) no es que haya tanta concentración de riqueza […] sino que, no tuvimos una economía capaz de crecer al ritmo de la población”. Evidentemente, esta visión pretende dejar en segundo plano el problema de la desigualdad; sin embargo, la distribución de la riqueza ha sido un problema histórico en nuestro país, y forma parte del fenómeno multidimensional de la pobreza. Para ello un dato, de acuerdo con la CEPAL en México el 1% de la población posee el 41.2% de la riqueza del país. Esto apunta a un país desigual en donde el “echarle ganas” no garantiza alcanzar tus sueños o incluso “sobrevivir”.
Al hablar de dos proyectos de nación, el actual y el que se impuso durante 36 años en México, la derecha ha pretendido desdibujar de la historia dicho periodo bajo la idea de que el neoliberalismo no existió en nuestro país, si bien la palabra por si misma ha perdido fuerza o entendimiento por la demasía en la que se ha utilizado, esto no implica que aquel proyecto jamás hubiera sido aplicado en nuestro país, pues las desiciones tomadas en ese periodo son bastante claras: adelgazamiento del Estado, privatización de empresas públicas, reducción del gasto público y del cobro de impuestos a las élites. Algunas de sus consecuencias fueron el bajo crecimiento de la economía, desmantelamiento de la política agrícola, remate de empresas públicas, desempleo y disminución salarial.
Por otro lado, 25 millones de familias mexicanas son beneficiarias de algún programa social, y si hay algo que no debemos de perder de vista es que, con estos programas junto con la construcción de infraestructura y el aumento del salario mínimo, más de 5 millones de personas salieron de la pobreza aun con la pandemia y los conflictos internacionales. Así pues, los programas sociales representan una redistribución de la riqueza para combatir la desigualdad y con ello también la pobreza que arrastra nuestro país desde hace décadas.
De esta forma, es clara la diferencia entre ambos proyectos de nación, pues por un lado la candidata del PRIAN, Xóchitl Gálvez a través de sus “tarjetas” carentes de una política social, no pretende más que beneficiar al sector privado, mientras que Claudia Sheinbaum es símbolo de la continuidad con cambio, en un ejemplo, se continuará con la recuperación del control estatal en sectores estratégicos como el energético, pero a su vez, con una política energética de cambio reorientado a las energías limpias.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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