Mi rutina de cada mañana es acompañada de una charla con mi hija en el trayecto para llevarla a la secundaria escuchando a Ricardo Rocha en Radio formula y posteriormente a Ciro Gómez Leyva; así que mi hija obligadamente y más a fuerza que por voluntad, tiene que escuchar mis reclamos a ambos periodistas con quiénes suelo ser crítico. Después de las 7 am, centro mi atención entre la conferencia de AMLO y el programa de Ciro.
Hace algunos años cambiaba de estaciones entre MVS y Aristegui, pero opté por solo escuchar a Gómez Leyva (tanto Aristegui como Luis Cárdenas, hace rato perdieron hasta calidad periodística) y, aunque para nada comparto su postura crítica en particular hacia Andrés Manuel, aún creo que la labor periodística que realiza sigue siendo rescatable en buena medida. De hecho, analizo su postura, entrevistas, etc. a fondo y no dejo pasar oportunidad para señalar los aspectos que me hacen sostener que pierde cierta objetividad cuando se trata de temas relacionados con el presidente.
El atentado que sufrió me conmocionó como a muchos e, indudablemente merece toda condena, sobre todo porque se atenta contra un ser humano, pero que toma mayor relevancia porque es una figura pública. La seguridad debiera de ser garantizada para todos en un estado de derecho y esta no debe ser vista como un privilegio de una sola clase, sino de todos a la par. Por lo tanto, se trate de quien se trate, debemos de levantar la voz para que se alcancen los niveles de seguridad que anhelamos todos en cualquier parte del país.
Pero a la ya preocupante situación que provoca el atentado por su propia naturaleza, hay una más que sumar: la mezquindad y el trato que le ha querido dar el fanatismo que acompaña la polarización del país. Por una parte, las voces que atribuyen el atentado al estado y por otra los que sin prudencia alguna sugieren un auto atentado.
En el primer caso porque la oposición ha intentado hacer su agosto con este hecho recurriendo a una serie de descalificaciones sin sentido que en la narrativa fueron olvidando lo sustancial y eso es el hecho de que estuvo realmente en peligro la vida del periodista y, en el segundo caso, porque es irresponsable y fuera de toda proporción suponer que el propio Gómez Leyva haya sido partícipe de una estrategia para atacar al gobierno de Andrés Manuel a costa de su integridad física. No lo creo y, a pesar de que la evidencia pudiera llegar a demostrarlo, seguiría dudándolo, pues hay una enorme distancia entre una posición periodística contraria (ya sea objetiva o no) y un activismo político con connotaciones de violencia en contra del presidente.
De manera sincera lamento profundamente el atentado contra Ciro como lamento los dirigidos a cientos de periodistas y comunicadores, pero contrario a la posición de la derecha, confío en que las autoridades llegarán al fondo del asunto para dar con los autores materiales e intelectuales, y sí, comparto aquello de que las líneas de investigación deben de ser diversas pues no es un tema menor y deben de agotarse todas para demostrar las verdaderas motivaciones de los autores sin dejar una sola rendija a la suspicacia. Sin embargo, hay un tema que realmente es preocupante: ¿Por qué contra Ciro Gómez Leyva en particular? ¿Por qué se eligió a este periodista?
Lo preocupante son las motivaciones porque no se trata de un periodista polémico ni mucho menos, tampoco de alguien completamente ligado al poder del pasado como si lo están muchos otros periodistas y comunicadores, pareciera que el atentado también buscaba abonar al discurso de esa fracción de la prensa ligada a una clase política y empresarial que acusa de censura al gobierno actual. Es decir, ¿A quién realmente le beneficiaría este hecho, a una clase política, a una fracción del periodismo?
En fin, no pretendo en estas líneas abonar a la mezquindad ni a las hipótesis que tildan en lo fantasioso, pero no tengo duda de algo, mucho menos cuando ha quedado claro en todas partes del mundo: la derecha es capaz de recurrir a todo tipo de recursos (incluida la mentira y la violencia) cuando se trata de defender sus intereses. Por esa razón coincido con AMLO, pero si bien yo no lo llamaría auto atentado, aunque entiendo perfectamente lo que expresa Andrés, preferiría no hacerlo para no inferir que pudiera ser copartícipe Gómez Leyva, pero razones de sobra existen para imaginar que haya interesados en provocarlo para hacer uso de este hecho en contra del mandatario al que en el terreno político, mediático y electoral poco le han mermado.
Si Ciro es crítico con Andrés Manuel, objetivo o no, si su camioneta es blindada o si se refugió en casa de Beltrones, me parece poco relevante, lo importante es que salvó la vida y eso me da gusto, pocos han corrido esa suerte, pero al igual que en otros casos, anhelo que se haga justicia para ellos y para él y que se castigue a los culpables; no solo por su seguridad que es lo más importante, sino porque al país por el que luchamos y por el que, a pesar de los errores, reitero mi respaldo a AMLO, solo le hace falta eso: garantizar la seguridad para todas y todos a pesar de las herencias del pasado.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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