Comenzó en Estados Unidos el juicio contra Genaro García Luna, excolaborador de Felipe Calderón y mano derecha a lo largo de su sexenio. Durante el segundo día del proceso legal, se llamó a declarar a Sergio Villarreal, alias “El grande”, quien fue colaborador de los cárteles de Sinaloa y Beltrán Leyva y que fuera detenido en 2010 para su posterior extradición a EUA.
La comparecencia del capo involucró al que fuera llamado el superpolicía de Calderón, en sobornos entregados por los líderes del narco, por la cantidad de 1.5 MMD al mes, de 2001 a 2004, mientras García Luna era director de la extinta AFI, en el sexenio de Vicente Fox. Después, ya como secretario de seguridad del nuevo presidente, García Luna proporcionaba protección a miembros del cártel con el fin de tener vía libre para traficar drogas en todo el territorio nacional, además de otorgar información privilegiada sobre otros cárteles y miembros del gobierno y conceder el cese de funcionarios que eran un problema para los criminales.
El juicio, que viera su origen a raíz del proceso legal contra Joaquín Loera y del que resultaría la condena a cadena perpetua del Chapo, ha estado plagado de intervenciones en medios nacionales alineados al sector político conservador, donde se ha pretendido incentivar la falta de confianza en las declaraciones de los exmiembros de cárteles de la droga en México y a su vez, se ha tratado de romantizar la figura del exsecretario de seguridad pública, para hacerlo parecer más una víctima que un presunto culpable.
Pero los medios de comunicación olvidan que existe una carencia de empatía para con García Luna, ya que en la memoria de la gente aun están presentes los atroces crímenes que se cometieron durante los gobiernos en que participó y que desataron la peor ola de violencia de que se tiene recuerdo por parte de los grupos delictivos en el país y que perdura hasta nuestros días. ¿Cómo confiar en personas que supuestamente trabajaban para defender al pueblo pero que en realidad eran aliados, cobraban y mantenían negocios con quienes debían combatir? De ahí que ni García Luna ni su defensa tengan el apoyo social ni moral que esperaban obtener de los medios y que, desde los confines mexicanos, la oposición no tenga recursos para defenderlo, porque saben que hacerlo sería inmolarse vivos, sobre todo cuando se encuentran tan cercanos los tiempos electorales para competir en los últimos estados que gobiernan a nivel nacional.
De hecho, con el juicio contra el “zar antidrogas” del panista, no solo se espera que sea García Luna quien pague por la violencia desatada, sino que se llegue a enjuiciar posteriormente al expresidente también, por los mismos cargos que se le imputan a su subordinado.
A la par del litigio que ocurre en Nueva York, también se dio a conocer un video en el cual se ve, muy orondo, a Felipe Calderón cantando junto a un mariachi la canción que hiciera famosa Vicente Fernández “el martes me fusilan”. El hecho ocurrió en España, su actual país de residencia, gracias a su homólogo, José María Aznar, con quien compartió espacio y lugar en un encuentro de ultraderecha realizado en el país ibérico el año pasado y del cual fue anfitrión Mario Vargas Llosa.
En el video, como es costumbre del michoacano, se muestra cínico ante los tiempos presentes, dejando ver su actitud bravucona, la misma que se le conoció durante su sexenio y que fue retratada de manera impecable en el libro de Olga Wornat “Felipe, El Oscuro”, pero bien sabe que su futuro depende de la manera en que se desarrolle el juicio contra su excolaborador. ¿Alcanzará la distancia para impedir que los brazos de la justicia lleguen cuando dicten sentencia contra García Luna? ¿Quedarán revelados los nombres de más exfuncionarios del expresidente blanquiazul? ¿Los medios de la oposición seguirán mintiendo? Mientras se esclarecen estas interrogantes, en Estados Unidos ya suena el canto de los pájaros.
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