Acostumbrado a hacer difícil lo que debería ser sencillo, el gobierno de la CuatroTe emitió un decreto que confundió a propios y extraños y el cual solo la siempre ilustrada, siempre enciclopédica, siempre culta oposición ha podido descifrar. Declarar de “utilidad pública” para el Corredor Interoceánico del Istmo de Tehuantepec, tres tramos de vías ferroviarias concesionadas a Ferrosur, propiedad de Grupo México, del nobilísimo empresario Germán Larrea, no es otra cosa que expropiar lo que el gobierno, de ese catedrático ejemplar que es Ernesto Zedillo, había entregado ─a manera de concesión─ al capital.
En opositoras palabras, y para que quede tan claro como el agua fangosa en la que nuestra demócrata oposición suele moverse, el gobierno encabezado por Andrés Manuel López Obrador expropió lo que le pertenece al Estado y había sido concesionado a la empresa de Larrea, inaugurando así un bucle expropiatorio del que difícilmente podrá salir porque expropia lo que es suyo y en consecuencia esos tramos ahora pertenecen por partida doble al Estado Mexicano.
Sumado a ello, dicho bucle acarrea al fantasma que ─luego de recorrer, con mediano éxito Europa─ sentó sus reales entre los gobiernos populistas latinoamericanos: el fantasma del comunismo, haciendo entrar (así sea solo con unos cuantos kilómetros de vías férreas) a nuestro país en la misma lista en la que se encuentran Cuba y Venezuela. La expropiación de esos kilómetros de vías férreas que ya pertenecían a México convierte a Andrés Manuel, sin duda alguna, en un dictador sediento de más expropiaciones.
De entrada, todas las concesiones están en riesgo, ya lo dijo el periódico Reforma, con la honesta honestidad que los caracteriza: “a partir de hoy están en riesgo canales de televisión, estaciones de radio, pozos de agua, la industria minera, aeropuertos privados, muelles y un sinfín de industrias […]” El bucle expropiatorio terminará por absorberlo todo, en una de esas ─y para ganar tiempo─ el Estado Mexicano se termina expropiando a sí mismo.
Frente a este salvaje acto, completamente carente de toda civilidad y ajeno a las buenas costumbres, donde la Secretaría de Marina, cuyos elementos tomaron control de las instalaciones ferroviarias, queda a cargo, el gobierno sostiene que indemnizará a quienes resulten afectados ¿Indemnizar a los afectados? ¡Por vida de Dios! ¿Cómo piensan indemnizar a Grupo México de ese terrible golpe que significa saber que el Estado Mexicano deja de estar a sus pies? ¿De que manera se indemnizarán el vacío que deja en el corazón de Germán Larrea y la clase empresarial el constatar en los hechos, más allá del discurso, que la CuatroTe considera la “utilidad pública” por encima de la “utilidad privada? No hay forma. No hay forma. No.
Y lo peor, no falta quien dice que solo se trata de 120 kilómetros de un total de más de mil 500 que tiene ese tramo de Grupo México, 120 kilómetros de los más de 26 mil kilómetros de vías que privatizó Zedillo ¿De verdad? Ya los quiero ver llorando cuando el gobierno expropie, argumentando que es de “utilidad pública” el baño de visitas de sus casas, solo es un baño, ni siquiera tiene regadera, es solo el baño de visitas ¡Patrañas!
Tampoco faltan quienes sostienen que las expropiaciones están contempladas en la ley, que son parte del Estado de Derecho, que se trata de un mecanismo que frecuentemente utilizan los gobiernos democráticos del mundo y que los ahora partidos opositores también realizaron expropiaciones cuando fueron gobierno ¿De verdad van a salir con eso? ¿Acaso los gobierno PRIANISTAs pusieron a México de frente a la amenaza comunista cuando realizaron las expropiaciones que realizaron? ¿De verdad nos van a decir que los PRIANISTAS antepusieron la “utilidad púbica” a la privada?
Desde luego que no, no es lo mismo que expropie un gobierno de Morena que uno de los ahora tristemente opositores, ellos lo hacían siguiendo una agenda completamente distinta a la de Lopez Obrador, una agenda que buscaba preservar y profundizar los privilegios de los privilegiados, no diluir esos privilegios en lo público ¡Que horror! Dicen que Larrea no se ha visto afectado por las decisiones de este gobierno, que ─según Forbes─ de 2020 a la fecha, su fortuna creció en un 149% ¿Eso qué?
Típico conformismo cuatroteista ¿Por qué celebrar un crecimiento de la riqueza de un individuo de solo el 149%? ¿Por qué no exigirle al gobierno que haga su trabajo y entregue lo que sea necesario entregar para que nuestra golpeada clase empresarial pueda crecer su riqueza a razón de un 500% o más? ¿No se dan cuenta que gracias a la expropiación de lo que le pertenece al Estado nuestros mejores propagandistas infodémicos están diciendo que Larrea quiere bajarse del proceso de compra de Banamex? Independientemente de que Larrea diga lo contrario, si los infomatas dicen que se quiere bajar, esa es la realidad de la realidad. No hay más. Y todo gracias al decreto del gobierno de Andrés Manuel.
Entrados en gastos:
El gobierno pone en riesgo mucho más de lo que puede ver, olvídense de la estabilidad económica y la confianza de los inversionistas, pone en riesgo la estabilidad emocional de la clase empresarial, los partidos que viven al servicio de la clase empresarial y los muchos aspiracionistas que no buscan otra cosa que ser como los hombres más ricos de México, aunque jamás vayan a lograr siquiera vestirse como ellos ¿Creen que se hayan detenido a pensar en eso? ¡Desde luego que no! Al gobierno de la CuatroTe solo le importa sacar adelante el Corredor interoceánico y beneficiar con ello a la región más pobre de México, Andrés Manuel y sus colaboradores en su afán destructivo anteponen el bienestar del mexicano promedio, a la preservación de ese status quo que depende de la profundización de la desigualdad para sacar adelante a los privilegiados de siempre, a sus hijos y a los hijos de sus hijos.
- Carlos Bortoni es escritor. Su última novela es Dar las gracias no es suficiente.
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