Desde que Carlos Salinas metió con calzador a México en la OCDE para demostrar que éramos una economía fuerte, no hay explicación para que los gobiernos posteriores sigan manteniendo al país en ese club de amonestaciones y rumores.
Cuando la OCDE fue presidida por José Ángel Gurría Treviño, éste se ensañaba con México, eran regaños de todos los días, como si estuviera el tipo más allá del bien y del mal. Ahora, es parte del equipo de Xóchitl Gálvez, lo cual demuestra que ha caído muy bajo.
Gurría Treviño presidió la OCDE del 1 de junio de 2006 al 1 de junio de 2021, 15 años de regaños del maestro universal de la economía y la política neoliberal.
Ahora la OCDE quiere hacer de las pruebas internacionales de nivel de educación un paradigma que debe obedecer a los, lineamientos de un neoliberalismo que ya no existe, con aseveraciones que está fuera de contexto, aunque derribando mitos y aclarando límites como el hecho de que en México la educación privada tiene la misma calidad que la pública.
Incluso se atreven a afirmar los “especialistas” de la OCDE que “alumnos de 15 años que estudian en escuelas privadas del país tienen el mismo nivel de conocimientos en matemáticas, lectura y ciencias que un alumno de uno de los estratos socioeconómicos más bajos de Vietnam que asiste a escuela pública”.
Sería muy ingenuo pensar que la OCDE impone criterios propios para que se exhiba a Vietnam como un país con una de las peores educaciones del mundo, prueba más que suficiente como para no hacer caso de las recomendaciones de dicha organización.
Desde el momento que un personaje presidió ese grupo es motivo más que suficiente como para negar la imparcialidad y credibilidad de sus estudios, que si bien son productos de especialistas, éstos tienen una tendencia ideológica que forzadamente colocan sus criterios sobre sus investigaciones.
La OCDE aprecia como error el hecho de que cada país tenga una forma propia de educar, de tal manera que la prueba PISA (Programa Internacional para la Evaluación de los Estudiantes), pueda seguir siendo un instrumento para la manipulación de la educación ene l mundo. Desde esa miserable perspectiva la organización comenta esto en forma de lamento: “¿Qué está sucediendo en Vietnam? Que su sistema educativo está encontrando transformaciones profundas, tanto que los estudiantes más pobres de ese país tienen mejores resultados que los hijos de los funcionarios públicos o empresarios de México”.
La educación privada es una mercancía y deja de ser un derecho desde el momento en que se cobra por enseñar. Ningún derecho tiene precio ni se alquila.
Así, no sólo no es momento de evaluar la educación, por las consecuencias de la pandemia aún reciente, sino que no puede evaluarse con esquemas iguales a todos los países, como si se tratara de una mercancía, cuando la educación debe tener una relación con la realidad y cada país, incluso cada entidad federativa, en el caso de México, tiene su propia idiosincrasia. La educación es un conocimiento que se imparte partiendo del pasado para preparar hacia el futuro. No una fábrica de tabiques que solicitan los empresarios para construir sus empresas con mayores ganancias.
Pero la intención desde la OCDE es fortalecer a la escuela privada para considerarla mejor que la pública. Esta educación es más manipulable porque obedece los lineamientos de la moda, de las novedades pero no de las investigaciones pedagógicas serias como sucedió con los libros de texto gratuito, donde se trabajaron millones de horas para llegar a la conclusión que impulsó la creación de esos textos, pero a los conservadores todo lo que no entienden lo rechazan automáticamente y estos libros no fueron la excepción.
Pero todo lo que es nacional es sistemáticamente despreciado porque quienes consideran que lo que no cuesta no vale y lo que da el gobierno es de mala calidad, eso era cuando los funcionarios públicos se robaban el dinero y los columnistas de los diarios eran premiados con cheques del IMSS y de la SEP, para engordar sus cuentas bancarias.
Nunca se menciona la Nueva Escuela Mexicana, de la que debiera considerarse la punta de lanza de una educación actual con personalidad mexicana, tampoco de los descubrimientos e investigaciones de los pedagogos mexicanos, que sin mediar análisis y reflexión los conservadores rechazan por sistema.
Herlindo Robles, habla, además de las causas por las cuales hay, deficiencias en la educación de México: “Ahora bien, durante la gestión de Vicente Fox, la muy deficiente educación básica sufrió el embate de la derecha, con el resultado del 1er. Encuentro Nacional entre Padres de Familia y Maestros; celebrado entre la SNTE y la Federación Nacional de Asociaciones de Padres de Familia y la Unión Nacional de Padres de Familia: quienes acordaron: 1) abrir las escuelas públicas de educación básica los sábados y domingos con el propósito de crear “escuelas para padres”; y 2) editar, difundir y distribuir en 23 millones de hogares un trabajo editorial de tres tomos, denominado “Guía de Padres de Familia”, cuya promoción y elaboración surgió de la Fundación Vamos México, organización entonces dirigida por Marta Sahagún. Ningún avance en materia educativa pudo consolidar el entonces presidente Vicente Fox”.
Hay quienes quieren que 80 años de saqueo pueda resolverse en cinco años. Esa manera de percibir la realidad de la educación habla de la pésima educación de los conservadores.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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