Trump ha desatado una fiebre de “tapetes” en Canadá, de políticos canadienses extendidos en el suelo al servicio del imperio. El apresurado descubrimiento de laboratorios de fentanilo, las recientes declaraciones de políticos canadienses y la sumisa reunión de Justin Trudeau con el presidente electo de Estados Unidos delatan una política de Estado que no conoce el significado de soberanía nacional.
Durante décadas, aquel país del norte cuya bandera lleva consigo una hoja de arce, se ha mostrado en el concierto internacional como el liberal “buena ondita”, ocultando tras bambalinas el genocidio que cometió en contra de los pueblos originarios de la región llevada acabo entre 1883 y 1996, y ocultando también, un histórico sometimiento hacia la corona británica que bien se retrata en la “British North American Act” de 1867. No obstante, esta doble cara no descansa en el pasado. Actualmente, esconden la cara de Canadá como la “capital global del fentanilo”. Sin embargo, sobre todo esto, lo que más les resulta injusto e insultante es que Trump los “compare con México”.
Tras las amenazas trumpistas arancelarias del 25% a México y Canadá, el Jefe de Gobierno de Ontario, Doug Ford, dijo: “compararnos con México es lo más insultante que nunca he escuchado por parte de nuestros amigos (estadounidenses)”, días atrás habría solicitado la expulsión de México del T-MEC. Señalar que en el sexenio del ex presidente López Obrador, México abogó por Canadá ante las intenciones de Estados Unidos de sacarlo de dicho tratado. Por su parte, el ministro de industria de Canadá, François-Philippe Champagne, llamó a“no confundir la frontera mexicana con la canadiense”. En cuanto al Primer Ministro, Justin Trudeau, la embajadora de Estados Unidos en Canadá afirmó que en la reunión que sostuvieron los dos mandatarios, se le hizo ver a Trump que no hay comparación entre la frontera Canadá-Estados Unidos y la frontera México-Estados Unidos.
Esta narrativa que toma Canadá no solo, al igual que Estados Unidos, responsabiliza a México del flujo migratorio y de fentanilo; sino que además se deslinda de su propia crisis de consumo y producción de dicha droga.
Pues como señaló la Presidenta Claudia Sheinbaum, Canadá tiene graves problemas de fentanilo. Columbia Británica, además de ser la provincia más occidental de Canadá, es la más golpeada por la epidemia de opioides. Incluso, en 2016 la crisis del consumo de drogas duras fue declarada como emergencia de salud pública en dicha región. En una publicación de Sin embargo, se precisa que en 2022 Canadá registró 7 mil 500 muertes por opioides. Y The Economist reveló que las sobredosis son ahora la principal causa de muerte de los habitantes de dicha provincia. Por otra parte, en esta lógica de los tapetes, desde el triunfo de Trump, Canadá localizó laboratorios gigantes de la droga fentanilo. El pasado 32 de octubre halló “el más grande de la historia”, precisamente, en Columbia Británica.
Desde luego, como dijo el Jefe de Gobierno de Ontario, no hay punto de comparación, pero no por un asunto de “menosprecio”, de racismo o clasismo como el que la clase política de Canadá refleja en su postura. No somos iguales porque mientras ellos explotan los recursos naturales de nuestro país dejando contaminación, daños a la salud, violencia contra las comunidades, alianzas con el crimen organizado; México no tiene una crisis de consumo de fentanilo, ni va por otros países dejando devastaciones como las que las mineras canadienses han dejado marcadas en nuestro país.
Evidentemente, las posturas de Estados Unidos y Canadá están lejos de resolver sus propios problemas internos, sus discursos se basan en echarle la culpa a México, pero esta vez no se encuentra el PRIAN gobernando. Desde las mañaneras del pueblo la presidenta Claudia Sheinbaum les a dicho “a México se le respeta”.
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