¿Dónde está la verdad?

El neoliberalismo alcanzó la privatización de la información, uno de los derechos que pasó por alto un grupo de oligarcas creadores de desinformación masiva durante más de 36 años. 

Esta época estuvo flasheada de la realidad, los noticieros y nombrados periodistas más populares no eran más que parte de la misma red de amarillismo, chantaje y chayoterismo. Todo en conjunto cegaba la vista a muchos ciudadanos haciéndoles creer una realidad que no existía.

De manera que los medios de comunicación siempre han estado al servicio de los más poderosos y políticos más corruptos; el ejemplo más reciente es la declaración por parte de Harold Poveda, alias “El Conejo” en el juicio de Genaro García Luna, donde mencionó la entrega de 300 mil millones de pesos a medios de comunicación chayoteros mexicanos para esparcir la noticia del arresto de Rey Zambada.

Uno de los más reconocidos geopolíticos del mundo, Alfredo Jalife, ha declarado que George Soros quien es “controlado de la CIA y mueve los mercados financieros”, maneja lo más relevante de los medios de comunicación. En México, Soros tiene nexos con personas importantes en los medios de comunicación como con Krauze, e incluso con expresidentes como Enrique Peña Nieto, Fox, y Calderón.  

Nancy Flores de Contralínea durante una investigación reveló que en el sexenio de Enrique Peña Nieto se tenia a 36 periodistas en contratos millonarios, entre ellos se encontraba: Joaquín López-Dóriga, Adela Micha, Loret y demás.

En forma de conclusión, desde mi punto de vista, hoy en día los medios de comunicación no le pertenecen al gobierno en turno, sino al poder económico, dirigido por las élites más poderosas. Por otro lado, la expansión tan rápida de la información a través de las redes sociales permite que diferentes voces con más neutralidad o del lado de la verdad se puedan expresar, sin embargo esto no es total, a pesar de la inmensa información presente en redes, éstas también pueden llegar a ser controladas a favor de la historia que le convenga más a las élites.

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

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