El presidente Donald Trump tuvo un ajetreado primer día al frente del gobierno de EEUU. Desde el Despacho Oval de la Casa Blanca, firmó varios documentos relevantes, desde absoluciones a algunos de sus simpatizantes, hasta órdenes ejecutivas con distintos propósitos.
En dos cuestiones que involucran directamente a México, Trump firmó una orden ejecutiva para declarar “emergencia nacional” en la frontera que compartimos con los EEUU. Además aprobó un decreto mediante el cual los cárteles de la droga serán considerados oficialmente como “organizaciones terroristas internacionales”.
Al hacer la declaratoria de “emergencia nacional” en la frontera sur de EEUU, se girará la orden al Departamento de Defensa para desplegar elementos de la Guardia Nacional, con la finalidad de repeler cualquier presunta “invasión”, además de atacar la migración “ilegal” y el tráfico de drogas.
Además de retomar la campaña “Quédate en México”, implementada para rechazar a todas aquellas y todos aquellos que pidan asilo en EEUU. Y por supuesto la aplicación de deportaciones masivas, tal como había prometido en campaña.
Se detendrá inmediatamente la entrada ilegal y comenzaremos el proceso de devolver a millones y millones de extranjeros criminales a los lugares de donde vinieron”, declaró Trump ante decenas de representantes de los medios de comunicación que consiguieron acreditación para entrar en el Despacho Oval.
Luego, con la declaratoria de los cárteles como “organizaciones terroristas”, el presidente Trump otorga las facultades necesarias a sus agencias de seguridad para combatir al narco, incluso fuera de las fronteras de EEUU, lo que supone ciertos riesgos para las soberanías territoriales de países como México.
Esta es una orden grande, la gente lo quería hacer desde hace décadas… México probablemente no lo quiere”, contrastó Trump.
Según el mandatario, 300 mil estadounidenses mueren al año a causa de las adicciones, principalmente las causadas por el fentanilo, esto sería resultado directo de la actividad del crimen organizado en México, aseguró. Aunque no admitió la responsabilidad de los gobiernos estadounidenses y las farmacéuticas, quienes han incentivado el consumo de ciertas sustancias adictivas entre las y los estadounidenses.
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