El embajador de Estados Unidos en México, Ken Salazar, aseguró que la relación bilateral entre ambas naciones “va por muy buen camino” y que nunca se detendrá, en un intento por suavizar las tensiones tras haber emitido previamente opiniones injerencistas sobre la reforma al Poder Judicial propuesta por la Cuarta Transformación (4T). Salazar, quien en su momento criticó la iniciativa del presidente Andrés Manuel López Obrador, ahora se ha retractado tras la firme respuesta del gobierno mexicano, que defendió con contundencia la soberanía del país.
En declaraciones recientes, Salazar destacó que ha mantenido al menos tres reuniones con la presidenta Claudia Sheinbaum, además de múltiples encuentros con el canciller Juan Ramón de la Fuente, en los que han abordado temas como seguridad, energía, cambio climático y la integración económica entre ambos países.
Sobre la condena de Genaro García Luna, exsecretario de Seguridad Pública, quien fue sentenciado a 38 años de prisión por sus vínculos con el narcotráfico, el embajador estadounidense la calificó como un paso importante en la lucha contra la corrupción. Asimismo, expresó que la colaboración entre el gobierno de Estados Unidos y la administración de Sheinbaum continuará para combatir la delincuencia organizada y asegurar la justicia en ambos lados de la frontera.
Sobre la extradición del Z-40 y el Z-42
En cuanto a la solicitud de extradición de Miguel Ángel Treviño Morales, conocido como el Z-40, Salazar insistió en que tanto Treviño como su hermano Omar (“Z-42”) deben “rendir cuentas” por los crímenes cometidos bajo el cartel de Los Zetas. El Departamento de Justicia de EE.UU. ha imputado a los hermanos siete delitos, incluyendo tráfico de drogas y asesinato, y de ser declarados culpables, podrían enfrentar cadena perpetua.
Tras sus críticas iniciales a las reformas en México, parece que Salazar ha reconsiderado su postura, entendiendo que la 4T no cederá ante presiones extranjeras y seguirá defendiendo con firmeza la soberanía nacional. La posición clara del gobierno mexicano frente a las declaraciones injerencistas del embajador demuestra que, en este nuevo capítulo de la relación bilateral, México no permitirá intromisiones en sus asuntos internos.
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