Actualmente, las redes sociales tienen un papel preponderante en cuanto a la información. Sin embargo, en Nuevo León esto ha pasado ciertos límites, pues el actual gobernador emite sus comunicados vía redes personales, los cuales se traducen en un simple texto o un vídeo corto; y solo después pasan a instancias oficiales, aunque solo a veces.
Esta forma especial de informar, a los ciudadanos de Nuevo León, ocasiona ciertos problemas, y que, en última instancia, solo está enfocado a alimentar el ego del gobernador, pues si uno desea estar informado de las cuestiones del estado, debe forzosamente convertirse en seguidor del mandatario estatal.
Entonces, y técnicamente, informar a los ciudadanos se convierte en un asunto de sumar seguidores; de aumentar la popularidad; o bien, de posicionarse como tópico en redes sociales. En otras palabras, de ego; al igual que lo es no escatimar en gastos de anuncios publicitarios en radio, televisión e internet (diferentes plataformas).
Así, por ejemplo, este pasado domingo, tras las fuertes lluvias registradas en la entidad, Samuel García informaba vía «estado» de una red social, con un texto simple, que se suspenderían las clases a nivel básico para el turno matutino.
Al tanto, medios de comunicación daban a conocer la información. Pero, de no haber sido esto, quienes no son seguidores de él, fácilmente pudieron no enterarse de dicha información; pero aún, fiarse de tal, pues se trataba de un texto simple.
Otro ejemplo es el conflicto que tuvo Samuel García con el fiscal general del estado, Gustavo Guerrero, quien se enteraba de algunas exigencias del gobernador subidas de tono, las cuales realizó vía redes sociales y no por un documento oficial, sellado y firmado dirigido a la fiscalía; es decir, el fiscal habría sido el último en enterarse.
Ante esto, el fiscal general también emitió su comunicado vía redes, con ceño fruncido, e hizo hincapié en cómo el gobernador se aprovecha de las víctimas para sacar partido; asimismo, de cómo no hace uso de los medios oficiales para dar a conocer información importante, pues consideraba que había sido expuesto.
Además, esto no es una cuestión que solo practique el gobernador, sino que también su esposa lo hace, como cuando daba respuesta a una recomendación emitida por la Comisión Estatal de Derechos Humanos de Nuevo León, dirigida al DIF del estado. Palabras más, palabras menos, decía que no le importaba en absoluto la recomendación emitida; ella seguiría haciendo la misma actividad sin importar lo que se dijese.
Por ende, hay elementos suficientes para considerar que esta no ha sido la primera vez ni parece que sea la última, pues esto ya se ha convertido en la vía oficial en que se informa a los ciudadanos, aunque esto represente una violación al derecho a la información consagrado en el artículo 6 de la Constitución Política del Estado Libre y Soberano de Nuevo León. Esto por distintas razones.
Primero, porque el derecho es a ser informado, independientemente si se es seguidor o no del gobernador. Esto ocasiona que cierta información no se conozca ni sea accesible directamente.
Segundo, optar por esta vía como medio informativo, ocasiona que solo las personas con acceso a internet y con cuentas en redes sociales específicas, puedan tener acceso a la información.
Tercero, se están destinando recursos a mecanismos de los cuales no se hace uso o que su función duplica un acto que ya se hace, pues si el medio oficial ahora es informar vía redes sociales personales del gobernador, las otras instancias disponibles sobran.
Cuarto, es un medio completamente informal. Por tanto, así como se puede decir una cosa, se puede decir otra. Al no haber constancia que certifique la información, como un folio, un sello, firma o algún otro elemento formal, lo que se afirma, bien puede ser de otra manera o lo que se dice o se presenta.
Quinto, es un asunto de ego. Informar a los ciudadanos vía redes sociales personales, se convierte en una estrategia para sumar seguidores, cuya finalidad es, básicamente, crear una falsa noción de popularidad.
En fin, habrá algunas otras tantas cuestiones. Además, las cosas serían muy distintas si fueran al revés, es decir, que la información se mueva por medios oficiales y solo después se comenten vía redes sociales personales del gobernador. Sin embargo, quizá sea mucho pedir a alguien cuya carrera la ha formado no como político, sino como «influencer», por lo que, a fin de cuentas, no es extraño que interese su popularidad; su ego.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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