Decisión en la cúpula

En una de sus acepciones, en lo más alto de lo alto; en otra: un grupo de personas que dirigen a otras. Para lo que nos importa, ambos significados dibujan lo que en días recientes se cocinó en las altas esferas del poder conservador, hoy oposición política en nuestro país. Y es que aunque simularon abrir un proceso a las bases de su militancia y supuestamente a la ciudadanía, lo que realmente volvieron a recetar fue un dedazo anunciado y una decisión totalmente sectaria que asumió el máXimo aglutinante de la reacción.

El hoy jefe máXimo convertido en el mariscal de campo que quiere dar la batalla electoral a la administración obradorista y hacerse nuevamente del poder en 2024.

Sin embargo, la simulación se les vino a pique y se las echo a perder una exponente fiel del priísmo más rancio y del jurásico tardío de rémoras de la dictadura perfecta (Vargas Llosa, dixit). Quien con lujo de verborrea y al más puro estilo demagógico exhibió las carencias de oficio político, incluso “ciudadano” de la hoy ungida y virtual candidata del amasijo de la ignominia que se empeñan en llamar Frente Amplio por México, pero que no es más que una inmoral e impresentable revoltura de corruptos politiqueros del pasado conservados por el presupuesto público y que son un lastre para la sociedad.

En consecuencia la última sparring tlaxcalteca de la botarga inflada (XG) resultó ser una amenaza potencial para destruir el castillo de naipes que habían construido los conservadores comandados por el gerente (XG).

Hoy, evidenciado el rotundo fracaso de querer inflar artificialmente un globo fallido, quedó desdibujada para lo que resta de tiempo para la elección federal del año próximo una traficante de influencias exhibida en toda su dimensión y que será la que les habrá de terminar su vulgar ambición. Paradójicamente a la zarina de las gelatinas no supo cuajar. Y como reza aquel dicho popular: “así es esto de las jaletinas, unas cuajan y otras, se desparraman”.

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

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