Debate jarocho

Para que el candidato del PRIAN tuviera argumentos en el debate con los otros candidatos los secuaces de Miguel Ángel Yunes Linares envió a sus bufones a levantar denuncias sin más delito que argumentar la contradicción que habría entre la austeridad gubernamental y la supuesta riqueza, que no tiene mayor evidencia que escrituras falsificadas.

Una denuncia por corrupción puede levantarla cualquiera, pero deben comprobarse para ser válida. Pero como la trayectoria de Pepe Yunes Zorrilla está vacía, hubo necesidad de trabajar semanas antes en denuncias para utilizarlas para llenar el tiempo y el orgullo, en los días posteriores al debate caerán una a una las acusaciones, pero, por lo pronto, sirvieron para darle movimiento al mediocre títere de Yunes Linares.

La vacuidad de un personaje que vendió su voto a favor de las reformas estructurales de Peña Nieto, según confesión jurada de Emilio Lozoya, necesitaba de un auxilio artificial para su discurso.

Seguramente los veracruzanos se preguntaron que de no ser por las denuncias que realizó Arturo Castagné Couturier, de qué hubiera hablado el pobre Pepe Yunes. Repitió hasta la obsesión este hecho artificial y rellenó su discurso con decir insistentemente “La candidata de Zacatecas”.

Aquí, los medios tuvieron una tarea importante, porque de no ser por la exhaustiva difusión de dichas denuncias, Pepe Yunes no tendría nada de qué hablar. Es gracias a los medios que pudo tener contenidos en su debate el priista.

Hubo que repartir dinero a locutores, redactores, voceros, columnista y conductores siempre en subasta para darle entrevistas oportunas al bufón acusador Arturo Castagné.

La victoria de Rocío Nahle, en Veracruz, tendrá dos derrotados el clan Yunes y los medios locales con todo y sus escribanos. La derrota tendrá finalmente una diferencia de 15 puntos, como mínimo, que arrojará, además de un gobierno hegemónico por la legalidad de los comicios y legitimidad por una gran diferencia de votos, una elección que arrojará resentimientos.

El cacicazgo de los Yunes maneja medios para intentar manipular la opinión pública a través de acusaciones con documentos falsificados, tienen en algunos columnistas veracruzanos su grupo de choque.

Saben que van a perder y se preparan para no dejarla gobernar, al más puro estilo de montajes de los Yunes. Ahora, éstos, los medios y los empresarios que se enriquecieron con los regímenes del PRI estarán más unidos que nunca, los caciques apenas metabolizando su falta de apoyo social, los segundos sin credibilidad, los empresarios pagando impuestos como si se desangraran, y algunos medios agonizando por la falta del subsidio.

En 2018 sucedió algo parecido. Los medios convencionales anunciaban el Apocalipsis en México, desde una estrepitosa devaluación hasta la hambruna era anunciada por la televisión En ese momento, los medios fueron fortalecidos económicamente como nunca como parte de la campaña para hacer la guerra sucia cada día más intensa, como ahora sucede. Perdieron.

La gran derrota de los medios convencionales con la victoria de Andrés Manuel López Obrador, hizo historia por sí misma, casi nadie repara en esa debacle progresiva e irreversible de los medios tradicionales, que es evidente ante la vista de todos.

La vieja costumbre de ser subsidiados por el gobierno, restando criminalmente recursos a las responsabilidades originales y vitales de la administración pública debe reducirse hasta desaparecer.


Eso, aunque parezca increíble crea enemistad donde antes hubo complicidad, amistad, sociedad y de ser contrincantes ahora son enemigos. Esto en 2018 no dejó de sorprender, ahora tanto a nivel federal como estatal, en el caso de Veracruz, el enfrentamiento apenas comienza.

En Veracruz el próximo gobierno será rudo, y no será gratuita esa actitud. Los medios que están peleados entre sí, seguirán haciendo la guerra sin coordinador de nado sincronizado deberá replegarse para surgir de sus cenizas, para lo cual tendrá que contratar a expertos en marketing político extranjero, como lo hacen siempre que están en la lona.

La gobernadora cuenta con menos de la mitad de la población veracruzana, esto no quiere decir que pierda la elección por un amplio margen, y los medios revivirán con fuerza la revocación de mandato para la mitad del sexenio, ya los columnistas orgullosos de haber obtenido el Premio Nacional de Periodismo en tiempo de la corrupción preparan sus notas. Una vez digerida la derrota la consigna es no dejar gobernar.

El debate consolidó el trabajo y la honradez a pesar de la holgazanería y las mentiras.

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

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