Hace un par de semanas, durante la conferencia matutina el presidente Andrés Manuel López Obrador presentó una propuesta de Reforma en materia político-electoral que redactó con el apoyo del titular de la Unidad de Inteligencia Financiera e histórico militante de la izquierda, Pablo Gómez, así como el administrador General de Aduanas, Horacio Duarte.
En la presentación de la tan esperada reforma, se habló de manera somera pero contundente de los alcances de la iniciativa, sobre los cuales versarán estas primeras aproximaciones.
Se creará el Instituto Nacional de Elecciones y Consultas.
Los primeros órganos electorales de los que se tiene registro datan de 1917 cuando se creó la Junta Empadronadora, las Juntas Computadoras Locales y los Colegios Electorales.
Desde entonces, las instituciones encargadas de los procesos electorales han ido evolucionando para adaptarse y atender a las necesidades democráticas del pueblo.
En este momento, es preciso y evidente señalar que el Instituto Nacional Electoral, no ha estado a la altura de la ciudadanía que exige y demanda cada vez más y mejores procesos de democracia participativa en los que se garanticen los derechos políticos de todas y todos. Por tanto, considero que el rediseño institucional para crear el INEC no es únicamente necesario, sino urgente.
Se reducirá el número de consejeros electorales y estos serán elegidos por la ciudadanía, no por los partidos políticos.
El diseño institucional del Instituto Nacional Electoral permite que el poder en el método de selección de las y los consejeros que forman parte del Consejo General del instituto recaiga en los partidos políticos y no en la ciudadanía.
Por ello, desgraciadamente ha quedado en evidencia que las y los consejeros responden a los intereses de los partidos políticos que los llevaron al cargo y no al interés superior (que debería ser) de las mayorías.
La Reforma Democrática propone cambiar este método de selección para que la voz de las y los mexicanos se escuche en el órgano electoral. Que lo público sea cada vez más público.
Se implementará el voto electrónico y se garantizará el voto de las y los mexicanos en el extranjero.
Con el fin de poner los avances tecnológicos al servicio de la ciudadanía y garantizar que la participación de todas y todos sea sencillo, confiable, transparente y garantizado, la Reforma Democrática propone la implementación del voto electrónico donde la infraestructura y accesibilidad lo permita.
A su vez, el voto electrónico buscará incluir también a las y los mexicanos en el extranjero que, lamentablemente, no son tomados en cuenta en la toma de decisiones de nuestro país.
Para dimensionar la exclusión de las y los mexicanos en el extranjero es preciso señalar que de acuerdo con el Consejo Nacional de Población, sólo en Estados Unidos hay alrededor de 38.5 millones de mexicanos con una edad promedio de 43 años. Sin embargo, en la lista nominal de mexicanos en el exterior solo hay 17 mil 809 personas.
Por increíble que parezca, más de 38 millones de mexicanas y mexicanos en el exterior no tienen la posibilidad de participar en la toma de decisiones.
Se eliminarán los distritos electorales y las diputaciones plurinominales para transitar hacia la representación pura.
Este punto es quizás uno de los que más ruido han generado de la iniciativa que, en pocas palabras, propone que las y los diputados sean votados en planillas de partidos en cada entidad y que reciban exactamente la cantidad de curules que la gente vote.
Por ejemplo, si al Estado de México le corresponden 20 diputadas y diputados y un partido recibe el 60% de los votos en esa entidad, le corresponderán 12 curules. Si otro recibe 10% le corresponderán 2 curules, y así en lo sucesivo. Representación pura.
Se elimina el financiamiento público para actividades ordinarias para los partidos políticos.
El movimiento de regeneración nacional desde su constitución como partido político ha señalado la necesidad de recortar el financiamiento a los partidos políticos. ¿Por qué? Porque hay cosas más importantes en las que invertir el presupuesto de las y los mexicanos que en mantener a las cúpulas partidistas, ejemplos sobran: salud, infraestructura, becas, ciencia y tecnología, vivienda, etc.
Este punto demuestra, desde mi perspectiva, que la iniciativa obedece a las exigencias de la ciudadanía y no a un interés partidista porque toca el financiamiento de todos los partidos, incluso del que más recursos recibe actualmente, Morena. Además marca una clara diferencia entre el partido de la Cuarta Transformación y los partidos del viejo régimen.
Quienes militamos en la Cuarta Transformación tenemos claro que no llegamos al poder para enquistarnos en las instituciones y replicar las prácticas del viejo régimen, sino para transformar la vida pública de México y priorizar siempre el interés de las mayorías sobre los de unos cuantos.
Finalmente cabe destacar que para la discusión de la iniciativa, la bancada de Morena y sus aliados en la Cámara de Diputados han expresado su disposición a sumar esfuerzos para fortalecer la reforma, realizar los cambios que sean necesarios y prudentes, así como trabajar sobre las coincidencias en torno a la vida democrática de nuestro país.
Además, se ha informado que en los próximos meses se llevarán a cabo asambleas informativas, foros con expertas y expertos, académicas, ciudadanas y ciudadanos para escuchar las voces de todas y todos.
¡Que lo público sea cada vez más público!
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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