El día domingo se celebró el Consejo Nacional de Morena, donde se privilegió la unidad entre quienes aspiran a la Presidencia de la República, se aclaró el proceso de encuestas y se repartieron premios de consolación a quienes no resulten favorecidos en la encuesta con el primer lugar, dentro de los acuerdos se estableció algo similar a un proceso electivo de precampaña, pero que no viene señalado en el Estatuto como tal, lo que contraviene a lo jurídicamente posible en la interna de Morena.
A pesar de que se tiene un avance importante en la unidad para dar continuidad al proceso de la 4ta transformación sigue al interior de nuestro movimiento un quiebre con la base militante, pues es importante recordar que la elección de Consejeros Estatales de Morena violentó el proceso estatutario y realizó una acción inédita e inconstitucional, permitiendo la afiliación de personas no militantes de Morena al mismo tiempo que definirían su voto por otros que tampoco eran militantes, esta circunstancia mermó a las bases del movimiento, pues fueron avasalladas por quienes se integraron bajo intereses mezquinos.
El determinar que los perdedores del proceso de encuestas para la presidencia tendrán derecho a ocupar una Curul o un encargo en las secretarias de gobierno, solo habla de la repartición de cargos a la vieja usanza, y deja entre ver que no solo hay compromisos políticos entre dirigentes del partido y aspirantes presidenciales, sino que también quienes aspiran a encargos menores y apoyan como coloquialmente se dice a su gallo, entonces el meollo del asunto es que presidenciables están representados también por grupos que en su momento se abstuvieron de apoyar al movimiento de regeneración nacional y hoy se dicen máximos morenistas esperando el triunfo de su candidato para exigir a razón de su apoyo su lugar en los encargos de representación popular.
La deuda sigue pendiente con la militancia de morena y sobre todo con quienes caminamos con base en un ideal y que más que los encargos, nos mueve mantener el proyecto de nación que surgió con nuestro presidente y con la construcción de nuestro partido movimiento, que este año cumple 9 años a casi una década de su fundación, se viene el cambio inminente del proceso que hasta hoy todos conocemos.
Hoy, quienes pueden ayudar a quien resulte favorecido por las encuestas, son los militantes de morena que deberán estar dispuestos a realizar el mismo esfuerzo que se hizo con Andrés Manuel para la Presidencia de la República, solo que en esta ocasión las circunstancias son distintas, una vez corregida la división de la cúpula partidista, debe corregirse el rumbo con la base militante, confiarse o creer que solo con los grupos de poder que se han aglutinando al interior del partido, esperando un encargo para su dirigente o por el simple hecho de la capacidad de movilización de estos se obtenga el triunfo en la presidencia y las gobernaturas del próximo año, es la espera de la derrota.
El partido político, nuestro presidente y los militantes que en teoría política se reconocen como los creyentes, somos elementos esenciales de la participación popular, del convencimiento social y del empuje más importante para triunfar en los comicios electorales del 2024. Sería un error catastrófico el ignorar, hacer a un lado, minimizar la participación de la base militante de nuestro partido.
Concluyo diciendo que el Consejo Nacional que ayer tomó una decisión y que a pesar de haber tenido consenso por quienes se dicen representantes de la militancia del movimiento, no tiene ni cuenta con la legitimidad necesaria ni suficiente de las bases del movimiento y que mientras los procesos internos corren, aun sin las precampañas definidas en los estatutos, Morena en lo institucional debe realizar asambleas ciudadanas distrito por distrito para incentivar la participación de la militancia, el único modelo posible es el reconocimiento de la base, legitimidad y movimiento son los elementos esenciales de la continuidad de la 4ta transformación, aspirante a cualquier encargo popular que aglutine estas dos características será el candidato idóneo de la continuidad. Inicia la carrera presidencial con una militancia aletargada en sus bases, excluida de los procesos electivos, pero que será invitada a nutrir asambleas de unos y otros aspirantes, será un buen momento para revisar el paso de los grupos externos al movimiento y que buscan enquistarse en el partido. Feo mirar a Manuel Velasco y Cuauhtémoc Blanco en una reunión de consejo de Morena, en un ejemplo simplón “traes una manchita de mole en tu camisa”
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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