Ni la lluvia ni el granizo… La Revolución de las Conciencias sigue con Adán
Lluvia tupida, y después granizo intenso. Para cuando llegamos al Monumento a la Madre alrededor de las 4:50 de la tarde, en el corazón de la Ciudad de México, el agua caía con tal fuerza que apenas podías ver más adelante. Para todos quienes cubríamos la nota de Adán Augusto López Hernández y a su familia, quienes venían a pie desde Insurgentes, el abrupto cambio de clima fue una sorpresa, apenas minutos antes de su esperado discurso.
Antes que pudiera subir al templete, el hielo ya cubría este escenario. No importaba. La gente estaba agrupada con igual entusiasmo, mayormente vestidas de rojo y coreando “¡Presidente, presidente!”.
Esta es ya la tercera semana en la que el ex secretario de Gobernación recorre el país, para difundir su mensaje, con el objetivo de ser elegido coordinador de los comités de defensa de la 4T. Con ya cerca de 16 mil kilómetros y decenas de municipios en estados del norte, el contraste era enorme. No solo por el cambio de extenuante sol a fulminante lluvia y granizo, sino por pasar de pequeñas urbes, al centro neurálgico de la capital del país, parado a solo unas cuantas cuadras del Ángel de la Independencia, testigo de tantas manifestaciones y luchas por derechos.
Al estallar la lluvia, la gente no se movió, solo sacaron con rapidez los infaltables impermeables, por lo que la multitud pronto estaba uniformada de un rojo revolucionario, ondeando sus banderas blancas. Un grupo con orgullo extendía una enorme manta con la leyenda “Chilangos con AMLO”.
“¡Ni la lluvia ni el viento!”, gritaba Adán con seguridad, dirigiéndose al mar de paraguas e impermeables que tenían ocupada por completo el Monumento a la Madre. Con gotas de lluvia escurriéndole por la nariz, el granizo estrellándose en su rostro y con la ropa completamente empapada, señaló la alegría de estar nuevamente en la “capital del mundo”, la que es un ejemplo de pluralidad, hermandad y respeto a los derechos de todos.
Este clima de inclusión ha sido el fruto de muchos años de lucha por parte del movimiento que hoy se erige como la Cuarta Transformación, y que ahora tienen como imperativo ver que continúe. Ello, pues en la Ciudad de México, destacó, “la derecha solo ha sido un accidente”.
“Esta ciudad seguirá siendo parte fundamental de este movimiento”, declaró con énfasis.En varias ocasiones su discurso era interrumpido por los gritos de los presentes, quienes chiflaban a la más mínima mención de la oposición, y que estallaban con aplausos y alegría cuando se hacia el llamado a propagar la necesidad de continuar “la revolución de las conciencias”, esto que tanto le ha costado a México, pero que hoy es una realidad. Con los lentes completamente empañados, avancé entre los asistentes.
Muchos, al verme con cámara, sonreían y hasta mandaban saludos. Al preguntar impresiones, en un ambiente de fiesta y emoción por compartir el espacio con quien podría ser el futuro presidente de México, no faltó quien gritara de júbilo a la cámara, algunos otros comentaban entre ellos, que hasta en la forma de hablar se ve que Adán y López Obrador “son hermanos”, es ese tono tabasqueño…
Su discurso bajo la intensa lluvia y granizo también evocaba recuerdos de cuando AMLO no se preocupaba por el mal tiempo y arengaba multitudes en sus muy frecuentes viajes por el país, lejos de campañas publicitarias y eventos mediáticos. De igual manera, la mayor preocupación de Adán es llegar directamente al pueblo, para invitar a la gente a sumarse, pero también para escucharlos. Adán Augusto sabe que estar cerca de la gente, se hace a pie, se hace de frente, no se empeña la palabra, se cumple.
Entumidos y fríos por fuera, pero con el corazón lleno de calor y vitalidad por dentro, los capitalinos que se dieron cita para escuchar a Adán, escaparon de la lluvia del parque, con la convicción de que será él quien dirija la siguiente etapa de esta transformación que vive México.
https://losreporteros.mx/cronica-el-camino-de-adan-por-el-mexico-profundo/
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