En un contexto global cada vez más incierto, la soberanía alimentaria de México se ha convertido en una prioridad nacional. El país enfrenta desafíos económicos y políticos que ponen en evidencia la vulnerabilidad de un modelo productivo dependiente de las importaciones. En este escenario, el reciente plan presentado por la Presidenta Claudia Sheinbaum para garantizar la soberanía y la autosuficiencia alimentaria es un paso fundamental para asegurar que México pueda alimentar a su población de manera justa, digna y autónoma. El programa “Cosechando Soberanía” busca poner fin a la dependencia externa, favoreciendo la producción local de alimentos esenciales como maíz, frijol, arroz, cacao y miel.
El programa es ambicioso. Este año, se destinarán 53 mil 971 millones de pesos, cifra que se incrementará a más de 83 mil millones en 2030. La estrategia se centra en apoyar a pequeños y medianos productores, dándoles acceso a créditos accesibles con tasas de interés bajas, seguros contra fenómenos climáticos y plagas, además de garantizarles un mercado justo. Los productores podrán vender sus productos a precios adecuados, sin la intervención de intermediarios que históricamente los han explotado. A través de esta medida, se busca no solo aumentar la productividad, sino también mejorar la calidad de vida de aquellos que alimentan a México.
Lo que diferencia a este programa de los anteriores es su apuesta por la tecnología como herramienta clave para resolver los problemas del campo. En un mundo donde la inteligencia artificial y las nuevas tecnologías se aplican con éxito en sectores tan variados como la medicina o las finanzas, el campo no puede quedar atrás. “Cosechando Soberanía” no solo contempla créditos y seguros, sino que se apoya también en la innovación para optimizar la producción agrícola. A través del acompañamiento técnico agroecológico y la colaboración con la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación, se fomentará el uso de tecnologías sustentables en las prácticas agrícolas. Además, la implementación de sistemas de riego inteligente, el uso de drones para monitoreo de cultivos y la investigación sobre semillas más resistentes son solo algunos de los avances que contribuirán a mejorar la productividad y sostenibilidad del sector.
Este plan va más allá de los números. La inversión en los productores locales tiene un impacto directo en las comunidades rurales, donde el campo sigue siendo el motor económico de muchas regiones. Al garantizar precios justos y apoyar el procesamiento de alimentos mediante plantas de transformación en diversas partes del país, el gobierno contribuye a la creación de empleos y al fortalecimiento de la economía local. La meta es clara: aumentar la producción de alimentos básicos, como el maíz y el frijol, y reducir la dependencia de las importaciones. Un país que produce lo que consume es un país más seguro, más justo y más autónomo.
Sin embargo, este esfuerzo no está exento de desafíos. Enfrentar las políticas de aranceles impuestos por otros países, como Estados Unidos, y la vulnerabilidad ante fenómenos climáticos son solo algunas de las dificultades que los pequeños y medianos productores deben afrontar. No obstante, la estrategia de Sheinbaum se erige como una defensa nacional. En sus propias palabras, “la mejor defensa frente a cualquier arancel es la autosuficiencia alimentaria”. Este enfoque fortalece la independencia económica de México, y también promueve una mayor seguridad alimentaria para las futuras generaciones.
El programa “Cosechando Soberanía” también se alinea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la ONU, buscando garantizar una alimentación suficiente, nutritiva y de calidad para todos los mexicanos. Al ofrecer créditos, asesoramiento técnico y garantizar un precio justo para los productos agrícolas, el gobierno no solo apoya a los productores, sino que fomenta la innovación agrícola mediante la implementación de tecnologías sustentables. Esta visión holística es la que realmente distingue al plan, pues no se trata únicamente de aumentar la producción, sino de transformar el sistema agroalimentario del país para hacerlo más justo, inclusivo y resiliente.
El respaldo a la soberanía alimentaria es, sin duda, uno de los mayores legados de este gobierno. El compromiso de la Presidenta Sheinbaum con los productores del país no solo se refleja en cifras, sino también en las visitas constantes a las comunidades, como lo demuestra su reciente viaje a Michoacán, donde arrancó el programa en una de las regiones más necesitadas. La sensibilidad con la que se está llevando a cabo esta política demuestra una profunda comprensión de las realidades rurales del país, donde los agricultores y ganaderos enfrentan día a día dificultades para acceder a recursos, tecnologías y mercados justos.
El éxito de este programa dependerá, en gran medida, de la participación activa de todos los sectores involucrados: los productores, las autoridades locales y, por supuesto, los consumidores. “Cosechando Soberanía” no es solo una política pública, es un llamado a la acción para todos los mexicanos, que deberán ser conscientes de la importancia de apoyar los productos nacionales, consumir lo que el país produce y fortalecer la economía local.
El camino hacia la autosuficiencia alimentaria será largo y lleno de obstáculos, pero con el respaldo de políticas como “Cosechando Soberanía”, México tiene una oportunidad única de reconfigurar su futuro agrícola. Si logramos ser un país productor y autosuficiente en alimentos, no sólo estaremos garantizando el bienestar de las generaciones actuales, sino también asegurando un futuro más estable y equitativo para todos. El campo mexicano tiene todo el potencial para alimentar a México y, con el apoyo adecuado, puede convertirse en el pilar sobre el cual se construya un México más soberano, tecnológico y próspero.
- La columnista, Mariuma Munira Vadillo Bravo, es Maestra en Derechos Humanos y Garantías Individuales. Puedes contactarla en Facebook: MUMA Mariuma Munira, Twitter: @MariumaMunira.

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
Comentarios