Pese a la ‘infodemia’ y dificultades, Acapulco sale adelante
Sobre la verdad y la mentira se dicen muchas analogías. Los rusos señalan, por ejemplo, que cuando la verdad apenas se está poniendo los zapatos, la mentira ya recorrió la mitad del mundo. Esa es una triste realidad, pero también lo es el que la mentira tenga las patas cortas y por ello, más temprano que tarde, siempre es alcanzada por la verdad.
Esto quedó muy claro hoy, luego que de manera perniciosa comenzara a circular un video de un supuesto retén de la Sedena, en el que soldados extorsionaban a automovilistas que intentaban llevar víveres a la gente de Acapulco, golpeada por “Otis”. Este video, que después se supo era “fake news”, fue compartido por mucha gente indignada, sin saber que se trataba de un engaño, pero muy en especial por quienes llevan una campaña constante de desprestigio contra cualquier acción de gobierno.
El tema era muy serio y como justo coincidía en que me unía a un grupo de reporteros que ese día viajaba a Acapulco, para reportar de primera mano la situación, decidí aprovechar el recorrido por tierra para documentar si existían, efectivamente, estos retenes y posible acoso de uniformados.
Paramos en varias casetas de peaje, que estaban abiertas debido a la tragedia. La señal telefónica era muy errática, pero en Palo Alto logré tener cobertura, por lo que de inmediato hice una transmisión en vivo y pude confirmar lo que ya sospechaba: No había ningún retén. Sí había elementos de la Guardia Nacional en el lugar, pero solo para brindar vigilancia, sin que detuvieran a ningún vehículo para su revisión.
No se trataba de algo fortuito. Recorrimos todos los accesos a Acapulco, incluso el famoso “maxitúnel” y la situación era idéntica: la circulación vehicular corría libre, sin puestos de revisión, lo que no variaba ni de noche ni de día, porque sí, regresamos a la medianoche, solo para descartar esa posibilidad.
Eventualmente, las zancadas que da la verdad alcanzaron las “patas cortas” de la mentira y se supo que el video que había circulado era de un hecho distinto, en otro estado, ocurrido meses atrás. Los presuntos responsables ya habían sido entregados al Ministerio Público, incluso.
Daría risa, si no fuera tan triste y frustrante, ver cuánto se empecina los propagadores de estos “fake news” en negarse a aceptar la realidad. Al ver que no existían estos supuestos retenes, comienzan a reclamar que no era el horario adecuado, o que ya los habían quitado; al saberse el origen del fraudulento video, entonces empezaron los cuestionamientos sobre la carpeta de investigación, identidad de los involucrados. Sus patadas de ahogado.
Claro, es entendible su frustración al toparse con la verdad, porque no tienen interés en ella, no es útil a sus fines. Hablamos aquí de quienes, cuando todavía no se sabía mucho del impacto de “Otis” ya hablaban del “fracaso” del gobierno, para de inmediato lamentarse, como costumbre, de sus amados fideicomisos (en este caso el Fonden, usada como “caja chica” por muchos gobiernos estales y fuente de una gigantesca corrupción).
Aquí estaba clara cuál era la “línea” y cuáles eran hasta las frases que tenían que repetir, los argumentos dichos sin convicción, solo para auxiliar a la causa de sus amos. Son tan insistentes que uno casi cree que en realidad se preocupan por las víctimas de este fenómeno natural, al igual que antes se preocupaban de derechos laborales, feminismo, ecología, salud pública o cual fuera el tema de la semana. Debemos creer que estos conservadores, pro-empresas, tradicionalistas, lacayos de la corrupción y cómplices de mil atropellos realmente apoyan a personas de la diversidad sexual, a los sindicatos y a la preservación de las selvas.
En este caso, para su gran decepción, no existían estos retenes; la Sedena y Guardia Nacional no estaban “haciendo su agosto” con extorsiones, sino que estaban muy ocupados en el reparto de ayuda, en el retiro de escombro o incluso en tareas tan básicas como en dirigir la circulación. Al interrogar a los ciudadanos, había muchísima frustración, muchísimos llamados por ayuda, entendibles, pero ninguna denuncia.
Habrá que ver con qué cosa salen mañana.
SE AVANZA, PERO A OSCURAS
En nuestro recorrido por distintas partes de Acapulco, es muy sobrecogedora la magnitud de la destrucción. Todos los mexicanos la hemos visto reiteradamente esta última semana, pero es distinta verla en directo, además de estar con quienes directamente afecta, en sus hogares, sus centros de trabajo, sus calles.
Lo cierto es que, en medio de este sombrío panorama, a los guerrerenses se les veía muy activos. Nada de sentarse a llorar. De la mano con las autoridades, muchos ayudaban con el retiro de carteles tirados, escombros, basura y toda clase de basura.
También se han organizado contra el saqueo. Muchos entrevistados me aseguraron que quienes se dedican a la rapiña es gente que llega en camionetas foráneas a domicilios o comercios que creen abandonados. Ante ello, han formado brigadas de vigilancia, e incluso colocado barricadas en sus calles para que no entre gente de afuera. Todos piden la presencia de la Guardia Nacional, pero estos elementos están sobreextendidos en todas las tareas que les toca realizar.
En muchos puntos, se veía a soldados de DN3 repartiendo agua o víveres. Es mucha la ayuda que ha arribado, de todo México, y es todavía más la que viene en camino. Apenas esta tarde me enteré que Quintana Roo, mi estado, ya había enviado sus dos primeros camiones de ayuda. Pese a todo este esfuerzo, la distribución de estos objetos avanza con dificultades. Hay colonias o comunidades donde los recorridos para entregar alimentos no son estables todavía.
Otro gran problema es la falta de energía, que limita la comunicación, dificulta la seguridad y entorpece las labores y la recuperación económica. Funcionarios de la CFE con alegría hablan de altos porcentajes de reconexión, de un 65% o hasta un 80%, pero nada es más lejos de la realidad. Solo en ciertos puntos del centro se tiene alumbrado y electricidad. En la mayor parte de la ciudad, todavía se está a oscuras.
El presente todavía es difícil y lleno de escollos, pero ya apunta a un mañana en el que Guerrero nuevamente estará de pie.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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