El gobierno de Estados Unidos ha comenzado a trasladar a migrantes detenidos en su territorio a la Base Militar de Guantánamo, en Cuba, como parte de una estrategia de endurecimiento de sus políticas migratorias que claramente violan los derechos humanos y varios acuerdos internacionales.
Este martes, el primer grupo de personas fue enviado a la base, confirmó Karoline Leavitt, portavoz de la Casa Blanca. En entrevista con Fox News, Leavitt defendió la medida con un discurso duro y sin matices: “Ya no permitiremos que EU sea un vertedero de criminales ilegales de naciones de todo el mundo”. También aseguró que la administración de Donald Trump está actuando sin titubeos: “El presidente Trump no pierde el tiempo”.
Pero la estrategia no se limita a Guantánamo. Marco Rubio, secretario de Estado, logró un acuerdo con el gobierno de El Salvador para que ese país reciba a deportados de distintas nacionalidades. Leavitt detalló que el pacto contempla más que la repatriación de salvadoreños: “El Salvador aceptó recibir a sus propios ciudadanos, pero también criminales ilegales de otras naciones en sus cárceles. Colombia y Venezuela también han aceptado colaborar con las repatriaciones”.
El pasado 29 de enero, Trump ordenó que la prisión de Guantánamo pueda albergar hasta 30 mil personas, argumentando que se trata de “los peores criminales”. En respuesta a la orden presidencial, el Ejército de EE.UU. desplegó más de 150 soldados en la base para preparar el recinto ante la llegada masiva de detenidos.
La decisión ha encendido alarmas en organizaciones humanitarias, ya que Guantánamo tiene un largo historial de denuncias por abusos y violaciones a los derechos humanos.
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