El Gobierno de China ha expresado su rechazo a las recientes tarifas impuestas por Estados Unidos sobre el acero y el aluminio, calificándolas como una medida proteccionista sin futuro. En una conferencia de prensa, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, Guo Jiakun, enfatizó que los conflictos comerciales no generan beneficios para ninguna de las partes y advirtió sobre las consecuencias de politizar las relaciones económicas y tecnológicas.
Pekín ha reafirmado su compromiso con un mercado abierto y accesible para empresas extranjeras, aunque la decisión de Washington de aumentar los aranceles ha generado preocupación en el gigante asiático. Como mayor exportador mundial de acero, con más de 100 millones de toneladas producidas en 2024, China percibe estas restricciones como una amenaza a su estabilidad económica, aun cuando Estados Unidos no sea su principal comprador.
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En respuesta, China ha aplicado aranceles de represalia sobre productos estadounidenses por un valor estimado en 14.000 millones de dólares. Estas tarifas, que entraron en vigor esta semana, afectan exportaciones clave como gas natural licuado, petróleo crudo, carbón, maquinaria agrícola y algunos automóviles, con gravámenes de entre el 10 % y el 15 %.
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Además de las sanciones comerciales, China ha tomado otras medidas contra compañías estadounidenses. Se ha iniciado una investigación antimonopolio contra Google y la firma biotecnológica Illumina, mientras que marcas de ropa como Calvin Klein y Tommy Hilfiger han sido incluidas en una lista de entidades restringidas. Asimismo, el gobierno chino ha limitado la exportación de cinco metales estratégicos utilizados en sectores como la defensa, la tecnología de energía renovable y la fabricación de baterías para vehículos eléctricos.
Pekín ha decidido elevar el conflicto ante la Organización Mundial del Comercio (OMC), argumentando que sus contramedidas están diseñadas para proteger su seguridad e intereses nacionales. Al mismo tiempo, ha reiterado que su objetivo es mantener relaciones comerciales basadas en acuerdos internacionales, rechazando cualquier intento de imponer restricciones unilaterales que puedan afectar el comercio global.
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