Muy complicada la situación actual que vivimos debido al sesgado manejo de la información. Como nunca antes, en México, existe una libertad total de expresión. Nadie es perseguido por reclamarle, burlarse y ni hasta por intentar humillar la figura del presidente.
Personajes como Vampipe, Brozo, Loret Jr., Chavaria y tantos más, gozan de la absoluta garantía para poder decir y hacer lo que se les venga en gana y así sacar sus frustraciones “periodísticas”, sean propias o compradas por cobardes y resentidos mecenas. Los montajes, las fakenews y las simulaciones están a la orden del día. Todos contra AMLO.
Y cómo no estar afectados y dolidos si en cada Mañanera el presidente tiene la facultad para “estigmatizar a la mentira, a la corrupción, a la falta de ética”. A diferencia de sexenios anteriores a pesar de tanta calumnia, notas pagadas y reportajes a modo, la libertad de expresión prevalece en esta administración federal. Incluso dentro del espacio de La Mañanera se han presentado casos en los que reporteros tienen diferencias editoriales y en el momento se promueve el derecho de réplica para aclarar los dimes y diretes. Existe hoy un mejor manejo de la Comunicación llevada por Jesús Ramírez Cuevas.
Lo que también es cierto, es que en todas partes del mundo hay controversia y puntos encontrados entre los gobiernos y quienes pretenden desestabilizarlos. Es lo normal. Lo que no debe normalizarse es la fabricación de noticias y reportajes tendenciosos que provoquen maliciosamente una provocación al encono social. La polarización de la que tanto se quejan y que achacan a los dichos del presidente, pudiera mediarse si los medios tradicionales detuvieran el fuego. Pero no lo harán, está en su naturaleza incendiaria echarle más gasolina a la lumbre para beneficio de sus ratings que atender de buena manera lo que se comunica a los ciudadanos.
No se vale que cada vez que se sienten amenazados los patrones de Latinus (o Chayotus, como mejor se acomode), salgan a golpetear para intentar provocar un cambio a su conveniencia. El caso más reciente es el reportaje sobre el supuesto plagio de la tesis de licenciatura de la ministra Yasmin Esquivel Mossa, fuerte candidata a presidir la Suprema Corte de Justicia de la Nación, y a quien se le fueron encima porque les preocupa que una abogada con su apreciable calidad moral llegue a poner orden en la máxima instancia legal del país.
Basta ya de tanto lloriqueo por parte de los medios tradicionales y sus personajes que sí salen a cuadro. Ya supérenlo, son otros tiempos. Tenemos que ponernos a jalar para mejorar la comunicación en todos los sentidos. La información seguirá pautando el rumbo de las naciones, para bien o para mal, es nuestro deber aportar con responsabilidad y preservar el interés de un México con mejor entendimiento. No más montajes, no más fakenews. Ya lo cantaba Molotov en 1997: “Que no te haga bobo Jacobo” y Loret y Brozo y Vampipe y Chumel y Alazraki y Micha y, y, y…
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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