Hace un mes, tuve la necesidad de cambiar mi servicio de internet. La razón principal fue debido a la falta de regularidad de la señal, la imposibilidad de encontrar un buen menú telefónico para reportar fallas, que su aplicación se desconecta de forma constante y por la falta de eficiencia del servicio. Se une que su aplicación me obligó a brindarle mis datos biométricos, justo porque nunca pude reportar la falla de mi conexión a internet y aún realizo trabajo a distancia. La cereza del pastel, lo que definió la necesidad de cambio, fue la falta del pago de impuestos del dueño de la empresa Total Play, la constante falta de respeto al pueblo de México, sobre todo a las mujeres y al presidente de México. Me parece que son muchas cosas que se suman al problema.
Contraté un servicio que me convenció porque tenía una buena oferta solicité mi cambio de compañía, de mi número local y, cuando corroboré que todo servía, procedí a cerrar mi contrato con Total Play. Llamé, solicité la baja y la chica que atendió mi petición trató de retenerme en la empresa. Me ofreció que el mismo plan que tenía, con los mismos megas, lo mantendría durante seis meses pagando cien pesos menos. Le dije que no me convencía, que la otra compañía era más estable. Al ver mi negativa, me ofreció que a la mañana siguiente tendría en casa a un técnico que se asegurara de que el servicio fuera el mejor y más sólido. Me negué.
La señorita me solicitó las razones y le comenté que la nueva compañía me da un servicio simétrico, es decir, la misma cantidad de megas para subir datos que para bajar. Entonces ella me ofreció que lo mejoraba, que los megas que tenía mi paquete serían simétricos, igual para carga y descarga, pero con cien pesos menos al mes. Me negué, aunque estaba bien la oferta ella me pidió que les diera una última oportunidad.
Le dije que ya había padecido su aumento de precios en varias ocasiones sin previo aviso y que me había quejado lo suficiente, incluso en redes sociales, ante eso la empresa nunca se había tocado el corazón para evitar el gasto. Así que no valía la pena darle oportunidades a una empresa que tuvo por dos años la posibilidad de reivindicarse con su servicio. Entonces ella me ofreció el doble de megas con doscientos pesos menos al mes, durante seis meses. Ciertamente, por un instante, me arrepentí de haber hecho antes el cambio de servicio, pero sabía que no tenía ganas de lidiar más con su compañía, así que le solicité de nuevo la cancelación del servicio.
Después de media hora de hablar y tratar de evitar mi retiro, la trabajadora realizó la baja de mi servicio. Ya está corriendo mi segundo mes en la otra compañía y trabaja perfecto, tengo la esperanza de que siga así. Lo que puedo decir de la experiencia con los ejecutivos de Total Play, es que son personas trabajadoras, que hacen lo mejor para realizar su trabajo. No voy a negar que mi sentir en esa llamada fue de pena, porque sé lo que implica para la persona que me respondió, ella no tendrá una comisión por retenerme y son quienes cargan con las consecuencias de empresas que también explotan, sobre todo a jóvenes.
Mi intención con esta narración es hacer evidente que las personas que trabajan en las empresas del Grupo Salinas comparten con nosotros las condiciones y necesidades de trabajo. Esa misma necesidad los llevan a aceptar condiciones esclavizantes, demasiado estresantes. Recuerdo que, en el periodo de pandemia, uno de mis conocidos tuvo que ir a trabajar de forma presencial. Él trabajaba en las oficinas de Banco Azteca, cerca de Villa Olímpica, en la CDMX, al corporativo no le interesó que tuviera a su hija pequeña en casa, tampoco se conmovieron por sus colegas de pisos adjuntos que murieron por los contagios. El grupo empresarial sólo tiene interés de obtener mejores ganancias.
Ojalá que pronto más trabajadores puedan abrir los ojos y denunciar todas las violaciones a los derechos de los trabajadores que sus múltiples empresas tienen. No sólo en este grupo empresarial, sino todos los que hay en el país. Porque tanto clientes como trabajadores formamos parte de su necesidad y merecemos las mejores condiciones de servicio y trabajo. Espero que con el paso del tiempo se haga justicia a los trabajadores que han demandado al Grupo Salinas (por ejemplo, https://polemon.mx/embargan-tienda-elektra-de-salinas-pliego-en-puebla/), no es lícito que se gane dinero a costa de clientes y trabajadores. Que siempre las fortunas sean bien habidas y no fruto del abuso y explotación de las personas.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
Comentarios