Un nuevo estudio advierte que California podría perder más de 275 mil millones de dólares en producción económica debido a las deportaciones de trabajadores indocumentados. La investigación, realizada por la Universidad de California en Merced y el Bay Area Council Economic Institute, también estima una reducción de 23 mil millones de dólares anuales en recaudación fiscal.

El informe resalta que aproximadamente el 8% de la fuerza laboral del estado, alrededor de 1.5 millones de personas, son inmigrantes indocumentados. La expulsión de estos trabajadores provocaría una “dislocación económica de gran escala”, afectando a sectores clave como la agricultura, la construcción y los servicios.
Según María-Elena De Trinidad Young, investigadora principal del estudio, “estamos hablando de una crisis de reemplazo”. Sin suficientes reservas laborales, la productividad se desplomaría y los precios aumentarían.
El impacto de las deportaciones se extiende más allá de la pérdida directa de empleos. La salida forzada de migrantes afectaría a pequeñas y medianas empresas, muchas de ellas dirigidas por inmigrantes. Esto, a su vez, reduciría el consumo en comunidades enteras.
El informe también aborda el clima de miedo que ya afecta a los comerciantes. En el área de San Francisco, muchos reportan una caída en las ventas y en la afluencia de clientes por temor a redadas. “La gente está dejando de salir, de trabajar, de comprar”, señala una de las fuentes citadas.
Los inmigrantes indocumentados contribuyen al menos con el 5% del PIB estatal. Si se consideran los efectos indirectos, como el consumo y los encadenamientos productivos, el impacto total supera el 9%. La conclusión del informe es contundente: la deportación masiva no solo representa un cambio migratorio, sino una amputación económica significativa para California.

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