Uno de los temas que han traído mucha controversia en estos días es el relacionado a que el hombre de mayor confianza de Felipe Calderón en cuanto a la implementación de la política pública de seguridad en su sexenio, Genaro García Luna, se encuentra en prisión en los Estados Unidos por su relación con narcotraficantes y otros actos corruptos. Hoy en día que se está llevando su juicio hemos visto como el expresidente niega “categóricamente” haber tenido conocimiento del tema, sí, no es broma. En ese contexto es que se realizan las siguientes ideas líneas abajo.
La absurda guerra
Felipe Calderón siempre había demostrado ser parte de la extrema derecha más radical y rancia dentro del mismo Partido de Acción Nacional (PAN), incluso tenía diferencias importantes con Vicente Fox. Aun así, el señor de las botas lo apoyó con toda la maquinaria del Estado para que ganara las elecciones presidenciales en 2006 con un tremendo fraude al candidato opositor, Andrés Manuel López Obrador.
Llegando de manera ilegítima al poder, Calderón inicia a los pocos días la implementación de su “guerra contra el narco” como política de seguridad pública. Este proceso fue una verdadera militarización del país al sacar al ejército a las calles con la consigna de combatir el fuego con fuego. Al menos eso parecía en teoría.
Con el tiempo nos dimos cuenta que realmente apoyó a uno de los grupos de narcotraficantes más fuertes (el cartel de Sinaloa) en su lucha contra los demás carteles, principalmente contra los Zetas. Sí, recibía dinero del mismo Chapo Guzmán para que toda la maquinaria estatal operara en su favor.
Aunque esto último, legalmente, le falta un poquito para confirmarse, lo que sí es innegable es que esta política de guerra trajo un verdadero caos de inseguridad que sumió al país como uno de los más violentos del mundo. Esa tendencia aún la vivimos hoy en día y apenas con la actual administración federal se ha detenido el incremento y bajado un poco la inseguridad.
Toda esta política de muerte nos deja como resultados a más de 100 mil personas asesinadas en ese sexenio y a más de 22 mil personas desaparecidas. La gran mayoría de las personas fallecidas serán inocentes aunque los medios de comunicación a través de la propaganda oficial busquen criminalizar a las víctimas.
Más dosis de neoliberalismo
Pero si bien la violencia es lo que marca al sexenio de Calderón, lo cierto es que también se da una continuidad en la implementación de las políticas neoliberales. Al realizar unas reformas estructurales que beneficiaran solo a los más poderosos para que se sigan haciendo más ricos a costa del empobrecimiento de la mayoría de la población.
Por ejemplo, su política energética fue directamente buscando crear las condiciones para privatizar los recursos energéticos al crear organismos reguladores de las energías como la Comisión Reguladora de Energía (CRE) que beneficiaran solo a empresas privadas (principalmente extranjeras). Pero también con el constante endeudamiento de Petróleos Mexicanos (PEMEX) y su frecuente subrogación.
La gota que derramó el vaso fue el ataque frontal al Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) con la eliminación de Luz y Fuerza del Centro en 2009. La neoliberalización se veía reflejada en el exterminio de la organización laboral más combativa de la historia reciente de nuestro país.
En ese sentido, en la agonía de su mandato aprueba la Reforma Laboral (2012) donde busca legalizar y fortalecer los privilegios de los dueños de las empresas sobre los derechos laborales de la clase trabajadora. Así se vendrían a reforzar legalmente figuras de trabajo informal como el outsourcing.
Siguiendo ese camino, en 2007 también atacó los derechos laborales pero ahora las jubilaciones y pensiones fueron su objetivo al reformar el sistema que se tenía en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), individualizando a las personas beneficiarias a través de fondos para el retiro con empresas privadas (las famosas AFORES). Este esquema se traduce en menos dinero para las personas retiradas y un posible lucro con alto riesgo de pérdida de los ahorros de las mismas personas.
También los indicadores de crecimiento económico estuvieron muy por debajo de lo pensado (entre 1.84% y 1.9%) y el total de la población en condiciones de pobreza fue aumentando en cantidades considerables (se crearon más de 876 mil personas desempleadas llegando a 2 millones y medio en total).
Y a eso se le pueden agregar algunos escándalos como el gasto excesivo en la Estela de Luz (la famosa suavicrema) y la refinería que solo se construyó una barda pero si se ejercieron en ambos casos millones de pesos del erario público. En ambos casos hay indicios de corrupción que pueden ser comprobados y deberían ser juzgados.
Y sí…
La conclusión final es que concediendo que Calderón no supiera de las acciones de corrupción García Luna, no puede negar que sí sabía todo el daño que le estaba haciendo al país con su falsa guerra y con las reformas encaminadas a beneficiar solo a los más ricos. Su gobierno es muestra perfecta de lo que representa el neoliberalismo y de lo que millones de personas luchamos para destruir y construir mejor una sociedad para todas las personas, donde primero sean los más pobres por encima de todo.
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