Esta mañana el Presidente López Obrador desmintió que su administración tenga nexos con narcotraficantes y que le hayan “cedido” espacios al crimen a cambio de apoyo electoral, agregando que él no es Felipe Calderón, autor de la infame guerra contra el narco.
Tales declaraciones ya generaron una declaración del ex panista, quien posteó un tuit asegurando que el “combatió frontalmente” al crimen para “proteger” a las familias mexicanas.
Además de eso, Calderón no dudó en limitar quiénes pueden comentar su polémico mensaje, a sabiendas de la ola de comentarios que descalificarían y, más importante aún, desmentirían sus declaraciones, ya que durante su espurio sexenio los Cárteles de la droga proliferaron.
Ejemplo de ello es lo que se conocía en 2007 como el Cártel Jalisco, brazo armado de grupos más poderosos que en 2011 pasó a “independizarse” y conformar el Cártel Jalisco Nueva Generación, que fue liderado por Nemesio Oseguera Cervantes alias “El Mencho”.
El Cártel de los Beltrán Leyva es otro caso del empoderamiento del narco al amparo del estado, ya que la mencionada organización delictiva tuvo su auge en 2008, al desprenderse del Cártel de Sinaloa, durante la guerra contra el narco.
A consecuencia del crecimiento del Cártel mencionado anteriormente, surge Guerreros Unidos, que pasó de ser un brazo armado a una organización criminal como tal, la cual disputaría territorios en Guerrero, Estado de México, Oaxaca y Puebla.
Los Caballeros Templarios fue otro más de los Cárteles que nacen al final del sexenio de Calderón Hinojosa, en sustitución de la Familia Michoacana.
Sumado a esto, usuarios de redes recuerdan perfectamente que al apodado “Comandante Borolas” perdió a dos Secretarios de Gobernación, Juan Camilo Mouriño, quien pereció en 2008 al estrellarse su jet en Paseo de la Reforma y Francisco Blake Mora, el cual perdió la vida en 2011 cuando su helicóptero se desplomó en Chalco, Estado de México.
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