l Gobierno de México expresó su postura tras el informe final del Panel del T-MEC sobre el caso del maíz genéticamente modificado, reafirmando su compromiso de proteger la diversidad genética de los maíces nativos. En el comunicado, se recordó que el informe del Panel aborda exclusivamente el ámbito comercial entre México y Estados Unidos. Asimismo, se reiteró el respaldo a las iniciativas legislativas que se discutirán en el Congreso en 2025 para prohibir la siembra de maíz genéticamente modificado en el territorio nacional.
Ante esta situación, la Dra. María Elena Álvarez-Buylla Roces llamó a la unidad nacional en defensa del maíz nativo. En sus redes sociales, expresó: “A cerrar filas con nuestra presidenta #Claudiashein para defender nuestra soberanía alimentaria, la salud, la agrobiodiversidad y la cultura del pueblo de México. ¡SIN MAÍZ NO HAY PAÍS!”
Por su parte, Jenaro Villamil, periodista y servidor público, también manifestó su apoyo a esta causa, publicando en redes sociales: “Llamado a cerrar filas con la posición de la presidenta @Claudiashein para defender la soberanía alimentaria frente al maíz transgénico.” Ambos posicionamientos refuerzan la importancia del maíz como un eje central de la cultura y soberanía alimentaria de México.
Postura de la Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País
La Campaña Nacional Sin Maíz No Hay País (CNSMNP) se unió a los pronunciamientos oficiales, subrayando la relevancia del fallo en el contexto de la defensa de los maíces nativos. En su comunicado, reiteraron que este tema trasciende lo comercial, al estar directamente vinculado con la cultura, la salud y la biodiversidad del país.
La CNSMNP resaltó que el maíz nativo es un patrimonio biocultural y alimentario, cuya defensa es esencial para proteger los derechos de las comunidades campesinas e indígenas que dependen de su cultivo. Al respecto, señalaron que el apoyo gubernamental y social es clave para garantizar que las políticas futuras respalden la producción libre de transgénicos.
Finalmente, la campaña enfatizó la necesidad de continuar trabajando en la sensibilización de la población sobre los riesgos asociados con el maíz genéticamente modificado, así como en la defensa activa de la soberanía alimentaria de México.
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