El nuevo álbum de Bad Bunny, “Debí tomar más fotos” es la expresión de la realidad en que vivimos, y no, no me refiero a una “degeneración de la sociedad”, (con lo que muchos analistas relacionan su música), sino al problema social de la gentrificación. DtMF problematiza en torno a dicho tema situándolo en Puerto Rico; sin embargo, al hacerlo, también describe a toda Latino América. Y es que no podemos olvidar que la música es un reflejo de los procesos que viven los pueblos.
El desplazamiento es un problema social en nuestra América Latina del que muy poco se habla. Ya sea por el fenómeno de la turistificación, de la gentrificación, del crimen organizado o crisis climática; día a día, la gente se ve obligada a movilizarse con el dolor de soltar todo aquello que construyó, conoció, aquello que los hacía vivir en comunidad; para tratar de vivir sin miedo, sin incertidumbre y sin hambre. Sin embargo, cuando hablamos de desplazamiento forzado solemos no incluir el ocasionado por la gentrificación.
La canción “lo que le paso a Hawái” de Bad Bunny se siente no solo en Puerto Rico, también en barrios como Lastarria en Santiago de Chile, Palermo en Buenos Aires, la Roma en la Ciudad de México. Por mencionar unos cuantos casos.
“Quieren quitarme el rio y también la playa
Quieren el barrio mío y que abuelita se vaya
No, no suelte’ la bandera ni olvide’ el lelolai
Que no quiero que hagan contigo lo que le pasó a Hawái”.
El desplazamiento forzado se puede clasificar en interno y migratorio. Entre las causas del DFI, de acuerdo al diagnóstico del Gobierno de México encontramos: conflictos armados y desastres naturales; sin embargo, no hay ninguna causa que haga referencia o logre medir tal cuál el problema de la gentrificación. Aunque sí incluye categorías como “conflictos de propiedad” y “proyectos de desarrollo a gran escala”, estás no son específicas para visibilizar el desplazamiento forzado y la crisis de vivienda, que provoca el fenómeno social de la gentrificación, síntoma del capitalismo en sus formas de globalismo y neoliberalismo.
Centrándome más en el caso mexicano, a pesar de que el DFI no mide estas estadísticas, las cifras marcan que, debido al proceso de gentrificación, la gente tiende a un desplazamiento interno (DFI). De acuerdo con El Proyecto del Programa General de Ordenamiento Territorial (PGOT), en la CDMX, 20,000 hogares son expulsados a la periferia cada año por la falta de oferta de vivienda asequible.
“Aquí nadie quiso irse y quienes se fueron sueñan con volver
Si algún día me tocara, que mucho me va a doler”.
Aún queda mucho trabajo por hacer, en México desde los 70’s se han documentado los casos de DFI; sin embargo, no fue hasta 2019, en el sexenio de AMLO, cuando de manera oficial se reconoció la existencia y gravedad de este fenómeno del desplazamiento forzado interno. Por ello, no podemos dejar de lado que la gentrificación, en la actualidad es una “causa” del desplazamiento forzado interno y comenzar a estudiarlo, a cuantificarlo, abro paréntesis (no en el sentido de ver a las personas como números, sino para conocer la profundidad de este desplazamiento y las políticas públicas que se deben llevar a cabo).
La música al igual que el arte, antes de ser estética, es política y expresa los contextos en que se vive. La música ha acompañado los movimientos sociales en Latinoamérica porque los visibiliza y ayuda a que se hable y se conozca una realidad que no nos es ajena, y evidencia que existe una lucha social en contra, en este caso, de la gentrificación. A partir de esto, creo que nos podemos plantear las siguientes preguntas: Yo como pueblo ¿qué puedo hacer para conocer a profundidad esta problemática? ¿Qué políticas públicas debemos exigir para su regulación? y ¿cómo accionar para que se hagan efectivas? r para conocer a profundidad esta problemática? ¿Qué políticas públicas debemos exigir para su regulación? y ¿cómo accionar para que se hagan efectivas?
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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