Partiendo de mentiras y falacias, Donald J. Trump está tratando de implantar una narrativa que implique al Gobierno de México en actividades terroristas; primero declara como tales a los cárteles del crimen organizado que operan en varios países del mundo, con mayor presencia en la recaudación y distribución de sus productos en Estados Unidos, su mayor y mejor cliente, pero cuyas centrales están en México.
Después dijo que las tarifas arancelarias se impondrían debido a que el Gobierno de México está dominado por esos cárteles y se basa en la condena a García Luna, quien fuera Secretario de Seguridad en el gobierno del “Carnicero de Michoacán”; Felipe Calderón Hinojosa hace más de doce años, pero a quien consideraba un aliado y amigo.
Más adelante reculó y se comprometió a detener el flujo de armas hacia México destinadas a fortalecer a los cárteles en tanto México se comprometiera a poner más efectivos militares en la frontera para controlar el paso de migrantes y drogas, la mecha está lista y colocada, solo falta el detonador.
La Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo lo convenció de que los aranceles eran perjudiciales para ambas economías. Acto seguido, el inquilino de la Casa Blanca, refiriéndose a toda Nuestra América, declaró: “nosotros no los necesitamos, ellos nos necesitan más que nosotros a ellos”.
Su siguiente parloteo amenazador fue dirigido a los cárteles con la prepotencia que lo caracteriza, afirmando que si les disparan a sus soldados del otro lado de la frontera, los van a borrar del mapa.
La última declaración de Trump respecto de los cárteles, es la más seria que ha espetado desde que platicó con nuestra Presidenta pues implica que cualquier incidente en el límite de ambos países sería tomado como agresión y tomando en cuenta que hay un gran número de efectivos en los dos lados de esa frontera, ahí está el detonador.
Parece sencillo que los agentes criminales de la derecha fascista mexicana, llámense como se llamen, se acerquen con sus grupos de criminales armados para activar el detonador y se desate una conflagración de consecuencias incalculables.
La CIA, el Departamento de Estado, la DEA y demás fauna nociva, deben ser los autores de esta estrategia, pero hay dos elementos que seguramente han soslayado, la primera es que México tiene un ejército leal, numeroso, bien entrenado; además de la Guardia Nacional; por si fuera poco, un Pueblo que ya no va a permitir más atropellos en su contra. El segundo elemento es que ellos están pre-invadidos, no solamente por mexicanos sin documentos, sino por varios millones de compatriotas y sus descendientes que están absolutamente en favor de nuestro gobierno, además de que otros tantos Pueblos del mundo están alerta y listos para detener cualquier acción en contra de México.
Todos sabemos que el “güero del peluquín” se siente dueño del mundo y si su patrón, el tal Musk lo ordena, intentará lo indecible.
Testimonios vivos escritos desde algún lugar de las rancherías que rodean la Ciudad de Villahermosa
Primero. En estos lugares olvidados del Ayuntamiento de Centro, he sido testigo de cómo funciona el alza constante de precios en las tienditas de barrio, esas en las que compro para no beneficiar al gran capital.
En las comunidades como en la que tengo el honor de vivir, la gente suele preparar su pozol para consumo propio o para la venta y se puede encontrar en variedades diferentes; pozol blanco, que solo lleva masa de maíz “nuevo” blanco, pozol con cacao y pozol con cacao y cacahuate.
Que triste sorpresa me llevé, cuando el tendero despacha el cacao en grano le quita un poquito a cada porción que vende, el cliente se queja un poquito, pero se nota que lleva prisa y no pasa de ahí. El que me va a despachar las tortillas que olvidé comprar en la tortillería, se justifica diciendo que a cada costal de 25kg que compra, siempre le faltan, cuando menos, 300gr, y si el da el peso completo, se va su “ganancia” y no puede; tratando de no parecer aprovechado, también aclara que hace lo mismo con el azúcar porque a él le hace lo mismo su proveedor de mayoreo, y pasa también con las cajas de café, que dicen llevar 20 paquetes y máximo traen 17.
Sin tapujos y con sorpresa y molestia lo cuestiono sobre la razón por la que no se queja ante la PROFECO, su respuesta viene acompañada de otra queja; “ya lo hice y ni caso me hicieron, nomás fue pura perdedera de tiempo y gasto en transporte, cuando fui me tuvieron ahí casi 4 horas parado, imagínese a mi edad”. El hombre tiene 78 años.
Me quedé con una pregunta que no puedo responderme, ¿De qué sirve que las básculas y demás instrumentos de pesos y medidas estén certificados y con calcomanía amarilla si al final, al costal de azúcar, cacao, harina o lo que sea, ya pesado le quitan una porción?
Tengo claro que la PROFECO ya no funciona tan mal como ocurría en el pasado, pero si ellos deben verificar los instrumentos y lo hacen en tiempo y forma, convendría que tuvieran “compradores profesionales”, que verifiquen el producto que aquellos venden, sin que sepan que se trata de inspectores encubiertos. Al mismo tiempo habría que reclutar a personas absolutamente intachables e incorruptibles, yo sé que aunque poquitos, todavía quedamos algunos.
Segundo. Tuvieron que apagar una potabilizadora de agua en Villahermosa, no me preocupé porque fue una diferente de la que surte en la red que llega a mi comunidad. ¡Qué equivocado estaba! La zona de alto poder adquisitivo está conectada a la potabilizadora que está fuera de servicio, pero ellos siguen teniendo agua y nosotros no.
Sabemos que hay válvulas y conexiones que sirven para redirigir el agua, así que les dan a los ricos, pero a las comunidades de las rancherías, el Ayuntamiento de Centro, a cargo de Yolanda Osuna Huerta y el Servicio de Agua y Saneamiento a cargo del subalterno de aquella, Alfredo Villaseñor Negrete, nos dejan sin el vital líquido e inventan toda clase de excusas a través de otros tantos subalternos. Los jefes de hasta arriba, nunca dan la cara. Los habitantes de estos lares, pronto estaremos más organizados y listos para exigir lo que en derecho nos corresponde, es, por cierto, un derecho humano.

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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