Años de privilegio, de saqueo, de nepotismo que parecían interminables

Opinión de Fabiola Gutierrez / Trasfondo

Pareciera que por años intentaron apagar la luz interior de todos los mexicanos, nos quitaron lo último que un hombre debe perder, la esperanza ¿Y qué ganaban? Mas bien que no ganaban, bien se dice que un pueblo dormido es fácil de manipular. Todo era negocio para ellos, la salud, la educación y el bienestar de un pueblo honesto, un pueblo que clama justicia. 

Años de privilegio, de saqueo, de nepotismo, años aciagos que parecían interminables y todo permitido desde la cúpula del poder. No querían que hubiera un cambio verdadero, solo había simulación, nos querían mantener sumidos en sus falacias baratas, no querían que viéramos el trasfondo, es decir, sus negocios sucios tras bambalinas, aquello que los medios de “corrupción” tradicionales les ayudaban a ocultar. Tenían a pseudo periodistas y pseudo intelectuales que nos proyectaban otra realidad en la que todo marchaba bien, en la que nos acostumbraron a que cosas como los asesinatos o los gasolinazos fueran algo normal.

Manta en protesta de Claudio X González

Son ellos los que permitían que empresas extranjeras se sintieran como en tierras de conquista. Los que dejaban que el pueblo muriera a causa de hambre, de frío, de inseguridad, de ir en busca de mejores oportunidades… ¿Acaso no les causaba dolor? Por supuesto que no, a ellos no se les puede considerar como seres humanos.

El trasfondo que con tantas muertes intentaron tapar ahora sale a la luz para aquel que quiera quitarse la venda que por tantos años hemos llevado puesta, para aquel que quiera unirse a esta lucha, a esta revolución de conciencias que es la Cuarta Transformación de México, encabezada por aquel hombre, Andrés Manuel López Obrador de fuertes principios y valores y que con su perseverancia y amor al pueblo nos regresó la esperanza. Y que día con día nos hace más conscientes para que se siembre esa semilla de cambio en cada una de las mentes de todas y todos los mexicanos. No volvamos a ponernos la venda en los ojos.

Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.

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