El día de ayer, la Comisión de Prerrogativas y Partidos Políticos del INE determinó que la reelección de Alejandro Moreno, conocido como Alito, como dirigente del PRI es inválida. Ante esta decisión, Moreno aprovechó la sesión en la que se discutió la Reform al Poder Judicial y acusó al instituto de intimidación y aseguró que no cederá ante “presiones”.
Desde su escaño en el Senado de la República, donde se discutía la reforma al Poder Judicial, Alito Moreno afirmó que no se dejará presionar ni por la dirigencia del PRI ni por amenazas o denuncias en su contra. “Vamos a votar en contra de la Reforma”, declaró con tono desafiante. No obstante, la decisión del INE se debió a la ilegalidad de las reformas a los estatutos del partido, que habrían permitido dicha extensión en su cargo.
A pesar de tener un dictamen bien fundado, en el que se expone que las modificaciones a los estatutos del PRI fueron ejecutadas cuando el proceso electoral aún no había concluido, lo que viola el artículo 34 de la Ley General de Partidos Políticos, Moreno argumentó que la decisión del INE responde a intentos de presión para que el PRI apoye las reformas promovidas por la mayoría legislativa. Según sus declaraciones, la resolución del INE sobre su reelección cambió en el último momento debido a la intervención de consejeros que buscan sobrerrepresentar intereses externos en el partido.
El líder priista ha enfrentado críticas por intentar perpetuarse en el poder del PRI, provocando la salida de elementos importantes al interior del partido, alimentando acusaciones de que busca consolidar una especie de dictadura interna que limita la renovación democrática del partido.
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