El dirigente nacional del PRI, Alito Moreno, desató la controversia al impugnar la decisión del Instituto Nacional Electoral (INE) que otorgó la mayoría calificada a Morena y sus aliados en la Cámara de Diputados. A pesar de que la asignación de curules se realizó en estricto apego a la Constitución y reflejando el voto de los mexicanos emitido el pasado 2 de junio, Moreno decidió ignorar este mandato popular.
Moreno se presentó en el Senado de la República para registrarse como senador electo por el PRI. Durante su intervención, afirmó que la pluralidad política es necesaria, pero sus acciones indican lo contrario, ya que busca revertir una decisión que claramente refleja el sentir de los votantes en las elecciones.
Moreno utilizó la supuesta falta de pluralidad como argumento para impugnar la decisión del INE, sin considerar que la mayoría calificada obtenida por Morena y sus aliados es resultado del respaldo popular manifestado en las urnas.
El Partido Acción Nacional (PAN) se ha unido a la impugnación encabezada por Moreno, argumentando sin fundamento que la asignación de curules fue injusta y que viola la pluralidad política. Tal parece que estos argumentos no tienen sustento y que más bien responden a un intento de bloquear la mayoría legislativa que los ciudadanos eligieron democráticamente.
La actitud de Alito Moreno y sus aliados es vista como una estrategia para desestabilizar el panorama político y desconocer los resultados electorales que no les favorecen. En lugar de respetar el voto de los mexicanos y trabajar en beneficio del país, buscan crear un ambiente de polarización y confrontación que no corresponde a las necesidades de una democracia consolidada.
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