En un acto marcado por la contradicción, el líder del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Alejandro “Alito” Moreno, emitió un mensaje de llamado al diálogo durante la ceremonia de toma de protesta de Claudia Sheinbaum Pardo como nueva presidenta de México. A pesar de los recientes ataques misóginos y descalificaciones dirigidos a Sheinbaum por miembros de su partido, Moreno adoptó un tono conciliador y exhortó a construir consensos con el nuevo gobierno.
En su intervención, Moreno llamó a la administración de Sheinbaum a trabajar mediante el diálogo, a pesar de las diferencias políticas, e insistió en la necesidad de consensos para garantizar la estabilidad de la República. “No hay república sin consensos, seguridad, igualdad y libertad”, señaló, en un discurso que contrastó con la retórica hostil que muchos priistas, incluyendo el propio Moreno, han utilizado en el pasado.
Un doble discurso y una crítica al gobierno saliente
Durante la sesión, el líder priista no perdió la oportunidad de criticar las decisiones del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, al que acusó de polarizar al país. Moreno cuestionó las reformas constitucionales que incorporaron a la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional, afirmando que estas representaban una “fractura en los pesos y contrapesos” de la división de poderes. Además, criticó la “discrecionalidad” y falta de transparencia del gobierno saliente en la implementación de sus programas sociales.
Lo irónico del mensaje de Moreno es que, mientras habla de diálogo y consenso, los ataques y descalificaciones personales, muchos de ellos de carácter misógino, contra Claudia Sheinbaum han sido una constante en la narrativa de su partido. La doble moral del PRI es evidente: por un lado, busca posicionarse como un actor dispuesto a colaborar, pero por otro, ha sido uno de los partidos que más ha alimentado los discursos de odio y división en contra de la ahora presidenta.
Hipocresía política en el PRI
El llamado de Alito Moreno a entablar conversaciones con el nuevo gobierno contrasta fuertemente con los comentarios misóginos que desde la oposición se han lanzado contra Claudia Sheinbaum durante su carrera política, insinuando que no tiene voz propia. Estos ataques han sido parte de una estrategia de desprestigio que va en contra del discurso de “diálogo y consensos” que hoy pregona su líder.
A pesar de estos antecedentes, Moreno se mostró dispuesto a abrir un nuevo capítulo en las relaciones con el gobierno de Sheinbaum, asegurando que el PRI “ve oportunidades y no enemigos”. Sin embargo, el historial de su partido y las tácticas empleadas para descalificar a la nueva presidenta dejan en evidencia una hipocresía que no pasa desapercibida en el escenario político.
El mensaje final de Alito Moreno incluyó un llamado a respetar la Constitución como la mejor forma de preservar la República, pero la falta de coherencia entre las acciones y palabras del PRI sigue siendo motivo de críticas.
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