En el marco del 113 aniversario de la Revolución Mexicana llevada cabo en el Zócalo de la Ciudad de México, el presidente Andrés Manuel López Obrador publicó un decreto para la creación de siete rutas de trenes de pasajeros, adicionales al Tren Maya y al Tren Interoceánico del Istmo de Tehuantepec. Por medio del Diario Oficial de la Federación, el titular del Poder Ejecutivo declaro “prioritario” el Sistema Ferroviario Mexicano para el desarrollo nacional, por lo que nuevas rutas correrán en su mayoría por vías concesionadas entre 1996 y 1999. De manera que, 17 mil kilómetros de vías férreas que fueron concesionadas para servicio de carga, serán utilizadas para la reactivación del servicio de trenes de pasajeros, las rutas propuestas por el presidente López Obrador son:
Número | Rutas de proyectos de trenes de pasajeros |
1 | Tren México-Veracruz Coatzacoalcos |
2 | Tren Interurbano AIFA-Pachuca |
3 | Tren México-Querétaro-León-Aguascalientes |
4 | Tren Manzanillo-Colima-Guadalajara-Irapuato |
5 | México – San Luis Potosí – Monterrey-Nuevo Laredo |
6 | México-Querétaro-Guadalajara-Tepic-Mazatlán-Nogales |
7 | Aguascalientes-Chihuahua-Ciudad Juárez |
Los viajes en tren serán más “económicos, cómodos, menos contaminantes”, ya que las vías pueden electrificarse, así lo afirmó el mandatario en su discurso. Por otro lado, el Gobierno de México tiene el interés de impulsar la implementación del ferrocarril de pasajeros que permitan mejorar la calidad de vida, el bienestar y la movilidad de las personas. Este decreto ha generado una respuesta positiva por parte de usuarios en redes sociales, en el que no solo agradecen al presidente por reactivar el servicio de trenes de pasajeros, también escribieron sus respectivos relatos sobre sus últimos viajes de tren antes de su privatización. No obstante, la oposición considero este decreto como “una ocurrencia sexenal de última hora, que es un despropósito en términos económicos, que el mundo va en dirección contraria en materia de movilidad, que terminará siendo un lastre más para el fisco con cargo a los impuestos de todos”, tal como lo mencionó el escritor y periodista Jorge Zepeda Patterson en su columna para SinEmbargoAlAire.
¿Qué representa la reactivación del servicio de trenes de pasajeros en México? Hay que recordar que el ferrocarril fue el único producto de la Revolución Industrial que encendió las imaginaciones de los poetas, escritores y pintores, a diferencia de otras innovaciones. En palabras del historiador Eric Hobsbawm “el ferrocarril constituía el gran triunfo del hombre por medio de la técnica”. Una vez demostrado que era útil y factible en Inglaterra, se llevaron a cabo proyectos para construir el ferrocarril en casi en todo el mundo occidental. Las primeras líneas cortas se abrieron en los Estados Unidos en 1827, en Francia en 1829, en Alemania y Bélgica en 1835 y en Rusia en 1837.
Por otro lado, en el Porfiriato se desarrollaron dos líneas de vía ancha casi paralelas de la Ciudad de México a la frontera norte, tendida entre la Sierra Madre Occidental: el Ferrocarril Central la unía con las ciudades de Zacatecas, Torreón, Jiménez, Chihuahua y Ciudad Juárez. Y el ferrocarril Nacional Mexicano con San Luis Potosí, Saltillo, Monterrey y Nuevo Laredo. Dos vías transversales entre Monterrey y Torreón unían a ambas líneas. No solamente la Revolución se hizo en ferrocarril, en 1896 el cine llegó a México por tren, ya que los emisarios de los hermanos Lumière, Ferdinand Bon Bernard y Gabriel Veyre recorrieron el país en las rutas mencionadas para mostrar al pueblo México vistas cinematográficas como Danza mexicana, Desayuno de Indios al pie del árbol de la Noche Triste, Salida de obrero de los talleres Lumière y Llegada de tren. Sin embargo, los ferrocarriles y la luz eléctrica condicionaban la ruta de los ambulantes cinematográficos, ya que en algunas ciudades la carencia de electricidad atraso la llegada del cine, como Querétaro, cuya primera función se registró el 28 de septiembre de 1900.
Tras ser privatizada la industria ferroviaria durante el sexenio de Ernesto Zedillo, le otorgó a Grupo México de Germán Larrea más de la mitad de la red ferroviaria concesionado al país, concentrando a través de Ferrosur y Ferromex 9 mil 953 kilómetros de los 19 mil 120 concesionados a grupos privados, paraestatales y gobiernos de los estados, lo que representa 52 por ciento del total para transportar productos industriales, agrícolas, minerales, derivados de petróleo y otros químicos, según información de la Agencia Reguladora del Transporte Ferroviario (ARTF). De modo, que se vería inalcanzable toda posibilidad de viajar en tren hasta el día que la Cuarta Transformación dio un revés a esas políticas privatizadoras el 20 de noviembre de este año.
No hay duda, la inauguración de los proyectos ferroviarios (el Tren Maya y el Tren Interoceánico del Istmo de Tehuantepec) y el regreso los trenes de pasajeros representarán oportunidades de desarrollo socioeconómico, infraestructura y turismo del sexenio de López Obrador, paralela a la nacionalización de Ferrocarriles Nacionales de México por el presidente Lázaro Cárdenas en 1937, que pasaron a ser propiedad del Estado mexicano. Más aún, el Tren Interoceánico funcionará como un medio de comunicación similar a China y países del sudeste Asiático, el cual contempla modernizar los 309 kilómetros de vías de ferrocarril del Istmo de Tehuantepec que conectan los puertos de Coatzacoalcos, en Veracruz, con Salina Cruz, en Oaxaca. Para ello, la Secretaría de Marina ocupó el tramo ferroviario Coatzacoalcos-Medias Aguas, concesionado a Ferrosur, grupo filial de Grupo México, alcanzando un acuerdo con Larrea para utilizar ese tramo estratégico para su seguridad nacional y utilidad pública a cambio de una extensión en la concesión por ocho años. Esperemos que haya en redes sociales nuevas historias que enciendan las imaginaciones una vez que vuelvan a subir a un tren de pasajeros.
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