Si alguien dentro de MORENA o fuera del movimiento considera que la guerra sucia mediática emprendida hace meses en contra de Adán Augusto López Hernández es mera casualidad, más que pecar de ingenuo estaría abusando de miopía política. Sobre todo cuando ésta va en aumento de un par de meses a la fecha, primero contra su persona, luego contra colaboradores y ahora contra su familia. Evidentemente, para nada es casualidad y tampoco es que se muestre en los sondeos (que él llama anímicos) con una amplia mayoría respecto a los demás contendientes morenistas. No, sencillamente, a diferencia de los otros aspirantes, representa exactamente lo que detesta la oligarquía de este país: un político firme sin ataduras a los intereses de grupo, además de que, por donde lo mires, no necesita mimetizarse con López Obrador, tabasqueño al fin, posee la picaresca sonrisa de los habitantes de ese Estado.
Pero, ¿en qué radica la desmedida campaña en contra de quien aseguran va en un lejano tercer lugar de las encuestas? ¿De cuándo a acá, terminó siendo el principal objetivo de los ataques sistemáticos de un sector de la prensa en los últimos días? Me parece que la respuesta a ambos cuestionamientos se puede encontrar paradójicamente en el artículo publicado por Loret de Mola hace apenas unos días. Según el periodista, Andrés Manuel reunió a un grupo de análisis político cercano, es decir, a “un puñado de los más íntimos operadores y altos funcionarios de su gobierno” en el que supuestamente ordenó que los resultados de la encuesta de MORENA debían entregársele a él para interpretar los resultados y comunicar a cada contendiente el resultado de manera privada. Según Loret, esta información le fue relevada a través de “fuentes con acceso de primer nivel” a Palacio Nacional.
Bueno, Loret de Mola como de costumbre miente, pues fuentes muy confiables y cercanas a él, saben que no existe un solo personaje, un solo amigo, compañero o colaborador que tenga algún tipo de cercanía a Palacio Nacional que pueda ofrecerle este tipo de información. Incluso basta con revisar de manera superficial sus dichos. ¿Con quién pudo sostener AMLO la reunión? ¿Quiénes integran ese círculo al que hace referencia? ¿Gabriel Mejía? ¿César Yáñez? ¿Luisa Alcalde? ¿Jesús Ramírez? ¿El propio Mario Delgado?; ¡Caray! No existe una sola fuente que pudiera filtrar un dato que de forma a la mentira de Carlos Loret, pero, como para Latinus aquello que vende es la mentira y lo anti López Obrador pues algo tenía que inventar.
El caso es que esta mentira del jefe de Brozo, no tiene como destinatarios ni a Claudia Sheinbaum ni a Marcelo Ebrard, tiene como principal destinatario a Adán Augusto López Hernández quien se ha convertido en el nuevo blanco de ataques de Latinus y el Financiero por encargo especial de uno de los personajes más siniestros de la política mexicana, del cual revelaremos su nombre la próxima semana. Para entender las razones, basta con remitirse nuevamente al artículo de Loret de Mola: “la Presidencia hará una encuesta con una muestra robusta y que servirá como espejo personal del primer mandatario para tomar la decisión e interpretar los resultados”
Esto deja en claro dos cosas que aumentan la preocupación de Loret de Mola y de los medios de comunicación como Televisa y el Reforma, por un lado que el crecimiento de Adán en las encuestas no logró ser minimizado como pretendieron hacerlo desde las primeras semanas y que hoy, un posible triunfo de su persona no sería una sorpresa, y, por el otro, que el colectivo que conformó en este proceso fue creando una estructura sólida en casi todo el país que jugará un papel importante en el proceso electoral venidero.
Ahí están los verdaderos motivos de los ataques contra Adán Augusto y su familia que sin duda irán escalando esta semana gracias a la voracidad de Carlos Loret cuya falta de información certera, así como de fuentes reales, lo tienen como chivo en cristalería sin más remedio que recurrir a la fórmula que antaño le funcionó al PAN para retrasar el triunfo de la izquierda en este país. El nuevo peligro para México y para los grandes negocios amparados en la corrupción se llama Adán Augusto López quién el martes en Macuspana ante más de 25 mil personas escuchó de una anciana en silla de ruedas: “para que la cuña apriete debe ser del mismo palo, el nuevo presidente, también debe ser tabasqueño”.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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