Ricardo Monreal, coordinador de Morena en el Senado, afirmó que cuando un gobernante se aparta de la Constitución se inicia un proceso de decadencia difícil de parar.
Además, señaló que “nos acercamos más al autoritarismo”.
Sin mencionarla por su nombre, así se refirió el presidente de la Junta de Coordinación Política a Layda Sansores, gobernadora de Campeche, quien de nuevo anoche en su programa Martes del Jaguar criticó al político de Zacatecas por su decisión de cancelar su participación en la marcha convocada este domingo por el presidente Andrés Manuel López Obrador por viajar a España para participar en la reunión interparlamentaria con legisladores de ese país.
Al recibir un reconocimiento en el marco del foro internacional “El Abogado y el Legislador, de lo Local a lo Global” en el marco del XXVI Congreso Internacional de la Federación Iberoamericana de Abogados, asevero: “me da tristeza que el Estado de derecho, por ocasiones, sufra embates y sufra también quebrantos”.
“Si un ciudadano quebranta la ley, viola el Estado de derecho, viola la Constitución, es lamentable y debe haber consecuencias. Pero, si la viola una autoridad, una gobernadora, un gobernador, un funcionario público, es doblemente pernicioso, porque cuando se alejan del Estado de derecho los integrantes de una sociedad, esta empieza a degenerarse. Cuando se aparta de la Constitución, una sociedad y fundamentalmente la autoridad que debe de respetarla, se inicia un proceso de decadencia difícil de parar con el tiempo. Nos acercamos más al autoritarismo que al principio de legalidad”, declaró.
Aseveró que defenderá la Constitución y siempre respetará la ley como el alma de la sociedad y “vamos a actuar escrupulosamente en beneficio de la sociedad, observando la ley”.
Refirió que México no puede apartarse de la ley e insistió en que es verdaderamente lamentable que la autoridad se aparte, se separe y viole sistemáticamente la Constitución y la ley sin ninguna consecuencia.
“En ocasiones, con tristeza vemos que incluso se las aplaude, se les premia, se les abraza y se les expresa simpatía por violar la Constitución y la ley. Eso debe de pasar y no debe generar ningún beneplácito para el violador o la violadora sistemática de la Constitución, no de la ley”, aseveró.
Insistió que el legislador no debe aceptar presiones de ningún poder externo, organismo autónomo o grupo económico que pretenda desviar, distorsionar o degenerar el contenido de una norma jurídica constitucional o legal.
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