Cuando un delincuente no tiene conciencia del delito que perpetra es que se asoma en su personalidad la psicopatía, situación que debe atenderse con urgencia, de otra manera se agrava el problema y los delitos crecerán, sobre todo si dicha conducta es acompañada de impunidad.
La manera en que tomó Xóchitl Gálvez su delito por haber plagiado su breve tesis, es un robo que merece sanción, marca un síntoma muy grave en su personalidad, más aún si tomamos en cuenta que señala que si le quitan el título vuelve a presentar una tesis, lo grave es que no tiene conciencia de haber cometido un delito.
Es como si matara a un niño, y le pagara a la madre el hospital para que tenga otro, sin el mínimo sentimiento de culpa. Ella tiene que pagar, con una sanción ejemplar, por el delito, no se trata de una prueba de parvulitos, sino de un delito perpetrado con premeditación, alevosía y ventaja, más aún, tratando de conseguir un cargo público importante.
Entre las características de los sociópatas están reflejadas muchas de sus expresiones que practica desde hace mucho tiempo. La mitomanía es un claro ejemplo de ello, aunado a la falta de estabilidad emocional, agresividad, la exaltación de mecanismos de defensa, el autoengaño, labilidad afectiva, protagonismo exacerbado, ausencia de miedo, personalidad manipuladora, etc.
La falta de culpabilidad luego de haber sido descubierta cometiendo un delito, asombra a sus propios compañeros, nos habla que hay más similitud con Dina Boluarte de la que muchos habíamos considerado.
Lo más grave es que la derecha internacional afilia a gente con alteraciones sicológicas. A más de una senadora del PAN le acomoda este tipo de características de su personalidad, muy similar a la de personajes como Claudio X. González, Dina Boluarte, Luis Almagro, Donald Trump, todos ellos con una conducta proclive a la corrupción.
La derecha panista está acostumbrada a la impunidad, y cuando se intenta hacer justicia claman, injustamente, persecución política con el objetivo de ganar tiempo y sacudirse acusaciones que tienen evidencias de sobra.
Los delitos de Xóchitl sólo se suman a los del cártel inmobiliario encabezado por Jorge Romero, a la relación con el narco de Cabeza de Vaca, el lavado de dinero de Ricardo Anaya, los nexos con la delincuencia de Javier Lozano, la impunidad de Margarita Zavala y Mariana Gómez del Campo en el caso de la Guardería ABC, el genocidio de Felipe Calderón, ña violencia de Daniel y Mauricio Tabe, el mal gobierno de Sandra Cuevas, eso sin contar los de la derecha priista.
Acostumbrados a la impunidad, a actuar como si fuesen los dueños de vidas y haciendas, como hace un siglo existía en México, la patología se vio cobijada con un sistema de gobierno que alimentó no sólo la enfermedad sino el delito, habiendo, desde luego, afectados con la muerte, la libertad, la salud, etc.
La impunidad crea sicópatas, y los sicópatas ven reforzada su patología con la impunidad, en esto puede mostrarse la conducta de los panistas en los últimos años, que les identifica y otorga personalidad social.
No se trata de acostar en el diván a los panistas sino de encarcelarlos desde Xóchitl hasta los responsables de la muerte de los niños de la Guardería ABC, a quienes no sólo no se les castiga sino que se les permite seguir haciendo daño a través de candidaturas y cargos como servidores públicos.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
Comentarios