La historia nacional se pintó de gloria, en el aniversario 213 del Inicio de Independencia.
Esta penúltima cita en el Zócalo, en que el Presidente Andrés Manuel López Obrador arengó los vítores a nuestros próceres históricos y actuales, tradicionales de la Proclama Libertaria de Hidalgo, estuvo precedida de una alegre verbena musical donde se hizo patente la importancia que tiene en la vida de las personas, en el caso de las más jóvenes, el arte y la cultura para preservar nuestras tradiciones y promover el aprovechamiento de sus talentos.
Con esta fiesta, más de mil niños pertenecientes a los Semilleros Creativos nos deleitaron con música, danza, poesía coral y canto, refrendando los excelentes resultados que se han ido alcanzando en este entramado de temas que son inherentes al progreso del que el Presidente siempre habla: en primer lugar, arrancar a nuestras juventudes de las garras de grupos criminales que están en búsqueda de jóvenes que tienen horas de sobra porque no acuden a la escuela. En segundo, que esos muchachos tengan necesidades que no pueden ser cubiertas con el salario de sus padres y tercero, que se desperdicien sus virtudes.
Las respuestas han sido rápidas y contundentes. Los niveles de deserción escolar, a pesar de la pandemia, han disminuido, lo que en breve se reflejará en mejores niveles de aprendizaje; además, las becas por estudiar son un aliciente poderoso porque permite que los muchachos puedan continuar sus estudios por más ciclos, ya que no es necesario ir al campo o a aprender un oficio para completar el dinero para vivir en casa. Y para colmo de lo bueno, este programa busca que niñas, niños y jóvenes tengan un encuentro con el arte, la cultura y la vida artística en sus comunidades, involucrando, además, a las familias, al tiempo en que se promueven valores que favorecen el retejido social, como la solidaridad, el arte y el entendimiento de que la paz es fruto de la justicia.
Llegó el turno a la música masiva. Esa que promueve el Presidente con tanto ánimo y, la que, confieso, no había escuchado antes de que AMLO se lazara como promotor artístico y DJ. La fiesta fue impresionante, porque a pesar de la lluvia torrencial, la gente estuvo ahí, cantando y bailando.
Inició la ceremonia donde la escolta de cadetes dio, una vez más, la demostración de la gallardía y disciplina con que los prepara el Heroico Colegio Militar. La sobriedad del Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, cruzado con la banda nacional al pecho, y en la compañía de la Doctora Beatriz, su esposa y quien con un atuendo mexicanísimo, lo llevaba del brazo. La blusa de olanes, y el faldón de tiras floreadas, con una fajilla morada fue punto focal de las críticas más ridículas y rancias de una oposición que, como no tiene nada que criticar, se enfoca en lo banal y empiezan a hacer comparaciones fatuas con la apariencia de exprimeras damas, como Angélica Rivera, casi aplaudiendo el costo de sus ajuares y aderezos de joyas; no decir nada de los cientos de invitados, las comilonas y francachelas que gozaban sin pudor y pagábamos sin poder chistar.
¡Viva la Independencia!
¡Viva Miguel Hidalgo y Costilla!
¡Viva Josefa Ortiz de Domínguez!
¡Viva Ignacio Allende!
¡Viva Leona Vicario!
¡Viva José María Morelos y Pavón!
¡Viva Vicente Guerrero!
¡Vivan los héroes anónimos!
¡Viva la libertad!
¡Viva la igualdad!
¡Viva la justicia!
¡Viva la democracia!
¡Viva nuestra soberanía!
¡Viva la fraternidad universal!
¡Mexicanas! ¡Mexicanos!
¡Que muera la corrupción!
¡Que muera la avaricia!
¡Que muera el racismo!
¡Que muera la discriminación!
¡Que viva el amor!
¡Que vivan nuestros hermanos migrantes!
¡Vivan los pueblos indígenas!
¡Viva la grandeza cultural de México!
¡Viva México!
¡Viva México!
¡Viva México!
El desfile del dieciséis inició con un gran cielo azul y gran expectativa por celebrarse sí, el grito en Dolores hace 213 años, pero también el 200 aniversario de la creación del Colegio Militar, que desplegó muestras enormes de disciplina y perfección, con la formación impecable; el disparo de salva de fusilería y de salva guinda desde los cañones, además del confeti tricolor, previo a la marcha de la parada militar. En el palco de honor, Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, los secretarios de Estado y los funcionarios del gabinete ampliado de la Presidencia.
85 aviones, y helicópteros surcaron los cielos en diversas formaciones, pintando los colores patrios y mostrando la pericia de los pilotos de la Fuerza Aérea Militar. Al tiempo, marcharon 13,805 integrantes del Ejército, Fuerza Aérea, Armada y Guardia Nacional; 33 banderas de guerra; 19 delegaciones de ejércitos de naciones hermanas; 94 charros y civiles; 455 vehículos terrestres; 10 embarcaciones; 434 caballos; 157 canes y 36 águilas y halcones.
Al final, solo puedo criticar a quienes se inconformaron por el paso de las delegaciones China y Rusa, quejándose de que el comunismo está por incorporarse (desde hace 5 años, ya, pero no ocurre).
Por lo demás, el desfile concluyó, sin novedad.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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