En esta semana el tema central que ha generado polémica, ha sido la publicación de los libros de texto, sobre todo por la sentencia concedida por la Juez Tercero de Distrito en materia Administrativa en la Ciudad de México que ordenó la suspensión definitiva de su impresión y distribución, por lo que obliga a que la SEP informe a dicho órgano cuales fueron los mecanismos que implementó para elaborarlos, tomando en cuenta que la jueza solo puede basarse en lo jurídicamente establecido para lograr el proceso de elaboración y revisar si se dio seguimiento a lo estipulado en el reglamento que ordena el proceso de integración, elaboración e impresión de los libros, no así en el contenido de los libros de texto de nivel primaria y secundaria.
También la Unión Nacional de Padres de Familia, que atrás de su nombre busca hacer creer que representa en su voz a todos los padres de familia del país, interpuso un amparo para suspender la impresión de los libros de texto. Ésta A.C que representa los intereses de los conservadores y que surgió en 1917 con la única consigna desde entonces de oponerse a la distribución de los libros gratuitos de texto.
Pero más allá de ello la derecha conservadora, sobre todo a través de los medios masivos de comunicación y su televisora TV Azteca, se han encargado de difundir mentiras y atacar la información que tienen los libros de texto, hablando del miedo que debe causar el comunismo y aunque los libros no tienen ni un ápice de comunismo, aprovechan la ignorancia en el tema de la mayoría de los mexicanos para esparcir un miedo infundado en la vileza del engaño.
¿Cuál es el real enojo de la televisora que hizo salir a Javier Alatorre a hablar del fantasma del comunismo?
Pues está basado en el negocio de las impresiones de los libros de texto. Ahora serán impresos a través de los órganos encargados para ello de la SEP. Mil quinientos Millones de pesos anuales resultaban de la impresión de los libros para las editoriales SM Ediciones, Santillana, Trillas y Ediciones Castillo, negocio que ya no podrán seguir ostentado.
Otro de los puntos esenciales de la crítica de los libros tiene que ver con el reconocimiento del lenguaje común y las variedades del habla que se reconocen en la forma de hablar de cada persona integrantes de diversas comunidades.
La crítica parte del prejuicio en la forma de hablar sobre todo de personas indígenas o de quienes viven en provincia, pues se reconocen las variantes que existen en nuestro idioma, en los libros de texto se reconoce que son respetables todas las formas de hablar y comunicarse de las personas, incluso en los nuevos libros de texto se enseñan de manera introductoria lenguas indígenas y el lenguaje de señas mexicano. Los libros de texto nuevos están elaborados por cientos de profesores y especialistas, pensados en el corazón de nuestras comunidades indígenas, de nuestros usos y costumbres, de las asambleas comunitarias y del reconocimiento de las raíces ancestrales de nuestros pueblos, donde la construcción comunitaria y la vida colectiva se erigen como una forma principal de saber y que se antepone a la ideología que por muchos años impero en la educación mexicana, donde se instauro la figura del individualismo y la competencia que fraccionó a nuestra sociedad, se estableció una educación neoliberal que segregaba a estudiantes e incluso comunidades enteras, minimizando su existencia o bien sin reconocimiento alguno de su cultura, lenguaje e historia de la que formamos parte todos los mexicanos.
Otra de las críticas que realizan las televisoras encargadas desde hace años de fragmentar a la sociedad, polarizar, acrecentar la brecha de la desigualdad y difundir y normalizar estereotipos de clases sociales, de raza y género tiene que ver con el reconocimiento que hacen estos nuevos libros a la diversidad sexogenérica, satanizando el reconocimiento a la libertad de dejar en el individuo su auto reconocimiento como persona, sin que esto conlleve al tema sexual, en otras palabras se deja a un lado el estereotipo que implica que las mujeres juegan con muñecas y los niños con carritos o bien que los niños se visten de azul y las mujeres de rosa, entre otras tantas.
Lo más importante es combatir la desinformación que generan los medios de comunicación, repartir los libros de texto en los formatos digitales para que los mismos padres de familia eviten reproducir lo que impera en los medios y por si mismos conozcan los contenidos. (https://drive.google.com/drive/folders/1-DB4TpndKTdZoLKMMVegVG24v1eRuHYK, https://docentesaldia.com/categoria/libros-de-texto-sep/)
Por ejemplo, en la primera parte del libro Proyectos Comunitarios de 5° de primaria para aprender las figuras retóricas se pregunta pensando en ser parte de un todo y de una comunidad a qué huele la libertad, cómo puedes sentir la justicia, cómo puedes observar el respeto, cuál es el sonido de la confianza. Ojalá en nuestra época de estudiantes de nivel básico, hubiéramos aprendido de esta forma el sentido de comunidad y justicia. Incluso en la época también de nuestros padres y abuelos, cuantas imposiciones, represiones y violencia se hubieran evitado conociendo el significado de vivir en comunidad y con justicia mientras aprendíamos las materias de rigor.
A partir del martes 8 de agosto, en conferencia de prensa vespertina en Palacio Nacional, la Secretaria de Educación Pública, Leticia Ramírez y especialistas en diferentes materias darán a conocer el contenido de los nuevos libros de texto gratuitos.
Finalmente, concluyo con una cita del libro de 5° de primaria. Proyectos comunitarios.
“No sólo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro, decía el poeta andaluz Federico García Lorca, asesinado por pensar diferente y por desear un mundo mejor para los suyos, para los humildes, para quienes aún conservan un alma pura, solidaria que no discrimina a las personas por su color de piel, su género, sus preferencias sexuales o por no tener un peso en la bolsa. Era un soñador, un idealista, creía que la cultura sería la llave para el cambio; creía en los libros. ¿Y tú aún crees en ellos?”
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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