Pareciera ser un chiste mal contado, pero no. Resulta que Marko Cortés, presidente del Partido Acción Nacional (PAN), solicitó al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que deje de atacar a la oposición y se concentre en cómo combatir la delincuencia; sobre todo, a la delincuencia organizada.
Con esto, tal parece que al dirigente del PAN ya se le olvidó que Genaro García Luna fue declarado culpable hace unos meses por una corte en Nueva York, Estados Unidos. Precisamente, por estar implicado en asuntos de delincuencia organizada.
Acorde a testigos, se dijo que el exfuncionario (también conocido como el “superpolicía”) recibió grandes cantidades de dinero de grupos criminales, siendo que él era uno de los principales encargados de combatir a esos grupos.
Por tanto, no es válido el razonamiento de Marko Cortés, ya que, si se debe atacar a la delincuencia, esto debe hacerse sin importar cuál sea su casta.
Por ejemplo, recientemente se ha cuestionado por la opinión pública la ética de Xóchitl Gálvez (posible candidata a la presidencia) ya que se volvió empresaria al amparo del poder público, tras ofrecer servicios al estado.
También, se ha cuestionado mucho acerca del cártel inmobiliario, el cual, presuntamente, están implicados varios actores políticos del PAN.
Sin embargo, el panista quiere hacer creer que los delincuentes son solo aquellos ciudadanos que cometen crímenes (algunos de ellos graves, por supuesto) pero que no representan un daño masivo. A la par, considera que el crimen organizado (narcotraficantes, para ser precisos) son los únicos agentes de violencia en el país.
Porque claro, en la lógica de Marko Cortés, enriquecerse ilícitamente o cometer fraude no genera violencia. Por tanto, los delincuentes reales no son ni están en la oposición.
Siendo así, y con tal razonamiento, no extraña que Marko Cortés sea político, pues le gusta hablar y dirigirse con medias verdades que incluso algunas de ellas caen en la manipulación.
Porque es incorrecto pensar que solo hay un tipo de violencia, es decir, la física. Además, la acción de desviar recursos públicos, entre otras cuestiones políticas, también generan un ambiente de violencia.
Habría que, por lo mismo, empezar a visualizar que la violencia no solo es física, sino que es más complejo que eso.
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