Cuando la gente se dirige a sus trabajos en transporte público, en su camino se encuentran con publicaciones que muestran portadas de personas descabezadas, desolladas o víctimas de un severo accidente o asesinato. Junto a estas fotografías a todo color también se ve usualmente a una mujer semidesnuda con actitudes explícitamente sexuales.
Es así que sin ningún tipo de censura, chicos y grandes están expuestos a una violencia gráfica impresa que remata luego con la televisiva. En México, los niños y cualquier persona han sido insensibilizados y pueden enfrentarse a estas imágenes sin ningún tipo de sobresaltos, porque esto ya se ha vuelto parte habitual del paisaje. En los debates de Ciencias de la Comunicación en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, cuando yo era estudiante ya nos preguntábamos: ¿La gente es morbosa por naturaleza y por eso consume la nota roja con avidez ó los medios han creado una especie de apología de la violencia y por eso la gente es morbosa?
Mientras usted querido lector resuelve el enigma, las noticias de sangre, inseguridad, violencia y tragedia se presentan cotidianamente como si esto definiera la realidad del país. Las secciones policiacas de los noticieros hablan de muertos, desorden y agresiones en su apariencia más grotesca e inmediata, sobre todo ha sido una consigna de los medios de manipulación desde que el presidente Andrés Manuel López Obrador asumió la presidencia en el 2018.
A finales del 2006, el usurpador de la presidencia Felipe Calderón le declaró la guerra al narcotráfico, lo que llevó al país a una escalada de violencia y actos con sellos de crueldad nunca antes vistos. Esto provocó que muchos medios necesitarán contratar fotógrafos y reporteros especialistas en nota roja y las publicaciones o noticieros televisivos que mostraban esta realidad eran los más vistos. Sin embargo, después se firmó un pacto donde los medios y ese gobierno se comprometieron a no hablar del horror en el que se sumió al país por culpa de un genocida caprichoso.
Empero, la realidad no se podía tapar con un dedo y se dispararon las ventas de “El Gráfico”, “El Metro” y “Extra”, periódicos con un mismo formato: una portada a todo color con una fotografía sumamente violenta, un titular “bromista” que juega con la imagen, el humor negro y la crueldad (sello característico de ese tipo de ediciones desde la tristemente célebre ¡Alarma!) y de cajón la chica en ropa interior.
Hoy por hoy, estas publicaciones denigrantes y mezquinas, son las más vendidas del país, con precios realmente ridículos, ya que en promedio tienen un precio de tres o cinco pesos, lo que las hace accesibles para la gran mayoría. El tiraje de estos pasquines llega casi a los 700.000 ejemplares. Muchos más que cualquier otro diario.
Las notas policiacas explícitas y sensacionalistas pasaron en una especie de contagio fatal, de los medios impresos a la televisión y hoy en día todos los noticieros de los medios de manipulación comerciales tienen una sección (usualmente muy amplia y repetitiva) dedicada a explotar el morbo de los televidentes. Pero desde hace cinco años, han utilizado la exacerbación de la violencia para crear una sensación en la ciudadanía de un Estado fallido, un país en llamas y sin ley.
En pleno siglo XXI con tantas alternativas de información, en algunos sectores de la población todavía lo que digan en la tele, es la puritita verdad. Así sin cuestionamientos, ni una racionalización mediana, sin reflexiones de ningún tipo, los extremos sociales se unen en su flojera o ignorancia mental y terminan repitiendo, sintiendo y tal vez padeciendo, el caos con el que se nos bombardea todo el día los 365 días del año. Así que sectores ricos, medianos y pobres se polarizan y exacerban su odio y su miedo.
Los noticieros de adn40, Azteca Noticias; Formula TV; ImagenTV; Noticieros Televisa con los programas de En Punto con Denise Maerker, Despierta, Tercer Grado, Al aire con Paola, Las noticias con Carlos Hurtado, Hora 21, Es La Hora de Opinar con Leo Zukerman; La barra de noticias cada hora de Foro TV en especial el de “Son las 3” con Mariana Hernández; Milenio TV y sus noticias todo el día; los noticieros de Telediario canal 6; además de los noticieros de canales locales y hasta noticieros estadounidenses en español como CNN, están diseñados con especial atención hacia un solo mensaje: que el país se está cayendo a pedazos, es ingobernable, está sumergido en el caos y en la violencia total. Implicando que el gobierno de la 4T es igual o peor que los demás, que es incapaz, inexistente, y que sólo se guía por ocurrencias.
Para cumplir con esta misión deleznable, mentirosa y mercenaria esos medios se valen del dolor, de la tragedia explicita, del sensacionalismo, amarillismo y morbo de la nota roja. Sin recato ni vergüenza algunas veces utilizan imágenes viejas, o del extranjero; en otras ocasiones repiten y repiten notas extensas de asesinatos, secuestros, tragedias, incendios y todo lo que pueda decirle o sugerirle al televidente que el país no tiene solución, que las cosas andan peor que nunca y que mejor no salga de su casa ni vuelva a votar por el cambio.
Algunos psiquiatras aseveran que hemos hecho al cerebro humano flojo y simple y creo que tienen razón. Mucha gente no quiere pensar, investigar, aprender, leer, preguntarse. Quieren las cosas digeridas, explicadas y si se puede en imágenes (nada de letras). Como dice el dicho quieren todo peladito y en la boca, sin hacer el menor esfuerzo. Quizá por ello estos locutores mercenarios vendidos al capital que dicen las cosas con tal seguridad y desparpajo, como si tuvieran la verdad absoluta, terminan por ser quienes dictan lo que está bien o está mal, en una suerte de sacerdocio televisivo que hipnotiza y ataranta a mucha gente. Pero a la gran mayoría de mexicanos ya no nos engañan y en un acto de heroicidad cotidiana nos rehusamos a creerles a estos mentirosos y saboteadores profesionales.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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