El presidente López Obrador es partidario del uso de la Inteligencia para fines de seguridad nacional y pública. En ese sentido conviene preguntarnos si el gobierno de la 4T ha hecho algún estudio y análisis serio con datos detallados y microscópicos de los problemas de seguridad y todo aquello que ha pretendido desestabilizar su mandato pues es evidente que problemas como el inédito y caótico desbordamiento de fallas en el metro de la Ciudad, el supuesto desabasto de medicinas, así como los delitos de alto impacto que siguen presentándose en muchos puntos del territorio nacional con suma frecuencia se deben principalmente a una estrategia opositora que busca crear las condiciones para implantar en su narrativa de todos los días que son temas en los que el Gobierno de la República ha fracasado.
Es necesario por lo tanto que se lleve a cabo un profundo estudio de los números y las estadísticas pues a pesar que el gobierno obradorista tiene claro y ha sido el único en combatir causas de raíz de dichos problemas sociales, también es necesario hacer una radiografía a fondo porque tal vez eso develaría quien o quienes están detrás del múltiple golpeteo cotidiano.
No debemos ser tan ingenuos para no imaginar que aquella mafia que estuvo por lustros en el poder hoy sea capaz de seguir incendiando al país con más muerte y tragedias que curiosamente endilgan a un gobierno que no ha hecho más que justicia y apoyar a los sectores sociales menos favorecidos.
Definitivamente creo y pienso que los últimos acontecimientos en desabasto o mala atención en unidades médicas, de explosiones en instalaciones petroleras, los diversos hechos en el metro de la Ciudad, los brotes violentos y las ejecuciones más mediatizadas, en particular como la de Hipólito Mora, aquel personaje de la región de Michoacán que tuvo que tomar las armas para defenderse del crimen organizado por la estupidez de Felipe Calderón quien dejó convertido al país en un cementerio y en una tierra sin ley y de revanchas, son un conjunto de acciones desplegadas tácticamente por los personajes más siniestros de la política opositora.
Como se dice coloquialmente, no tengo pruebas, pero tampoco dudas que está echada a andar una estratagema virulenta y escandalosa de sucesos que en micrófonos y decenas de artículos de los desinformadores clásicos estilo López Dóriga, Gómez Leyva, Aristegui, entre otros propagandistas de derecha magnifican y administran maliciosamente la información y las noticias para construir con ello una campaña alterna y que soporte a su inflada candidatura presidencial pues es bien sabido que intentan, como ya lo hicieron con Peña Nieto, construir un producto milagro que les permita decir que están en la batalla electoral del año próximo, cuando en realidad lo que ocurre es el ejemplo perfecto de un artificio y un personaje que no llegará a más del 17 % de las preferencias porque ese es su alcance y caerá cual castillo de naipes en los próximos meses.
En definitiva lo importante aquí será establecer e identificar por parte del gobierno de la República a los saboteadores rijosos y violentos que con sus prácticas criminales asesinas y su odio infinito sean capaces de seguir cegando vidas humanas inocentes por su mal sana ambición de poder y dinero.
¿Una pista? Hechos ocurridos en instalaciones estratégicas donde opera personal de sindicatos enquistados aún controlados por politiqueros prianistas que se encuentran muy enojados con el nuevo gobierno de izquierda que les quitó sus excesos.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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