¡Ah! Viviendo horas extra, ignorados y maltratados. Parece que están esperando a que caigamos muertos y así ya no tengan que cubrir el costo que les genera nuestra vida. Ni nuestra experiencia, ni nuestras familias parecen importarles. Cada vez la penuria es peor y tenemos que venir aquí, al edificio, porque no podemos pagar a los privados, que de paso hay que decir, son muy caros y no siempre efectivos. En el edificio no pagamos porque ya lo hicimos durante muchos años y lo seguimos haciendo.
Poco más o menos es la queja que escuché hoy domingo en que tuve que volver a venir a consulta al HGZ del IMSS en Villahermosa y es doloroso, porque no hay argumentos posibles para refutarlo.
Está claro que el Presidente de la República está en total desacuerdo con que esto esté ocurriendo y quiero suponer que Zoe Robledo y el Dr. José David Orgaz Fernández también lo están. La cuestión es ¿Hasta cuándo se va a generar un sistema de salud digno, suficiente y respetuoso para los derechohabientes del IMSS en Tabasco?
Le he pedido una cita al Dr. Orgaz para entrevistarlo y tratar de enterarlo de la opinión que los trabajadores del IMSS y los derechohabientes tenemos del servicio y de todas las insuficiencias que se tienen. Él está llegando y pasa por la etapa de diagnóstico de la situación y es el momento ideal para enterarlo sin maquillar ninguna situación.
Quienes trabajan en el Instituto, no podrán hablar abiertamente porque sienten que su sindicato tiene la “Espada de Damocles” lista y quedarían indefensos y señalados de por vida por hablar con la verdad. Eso mismo podría ocurrir con quien escribe estas líneas, pero hay que hacerlo.
Ojalá que el Dr. Orgaz consiga hacer el diagnóstico más realista de la triste situación del IMSS en Tabasco, en la que las plazas vacantes ya no son cubiertas con el consiguiente deterioro sistemático del servicio y la creciente inconformidad de los trabajadores, las trabajadoras y desde luego, de los derechohabientes, que enfermos tienen que soportar que no haya asistentes en los módulos de atención previa a la consulta médica; que tampoco haya personal en las recepciones de laboratorio los fines de semana porque “no se ha cubierto la plaza ni se va a cubrir” y sea indispensable volver a ir al hospital entre semana para hacer la cita; que solo haya una trabajadora social y parezca que no hay nadie porque tiene que andar “para arriba y para abajo” sin darse abasto con tanto trabajo; que la cantidad de afanadores, afanadoras, camilleros, camilleras, enfermeras, enfermeros, médicos y médicas sea tan insuficiente que no puedan darse abasto para dar una atención de calidad, en todos los sentidos, a quienes tenemos que acudir a solicitar sus servicios.
Por otro lado, IMSS – Bienestar no tiene para cuando llegar a estos acuáticos y pantanosos lugares del sureste, seguimos esperando, como las personas en las largas filas y cuasi tumultos afuera de los hospitales Juan Graham Casasús, Gustavo Rovirosa Pérez, el Hospital del Niño, el Hospital de La Mujer y cada uno de los “Centros de Salud” de todo el Estado.
Muy dolorosa e indignante resulta esta situación y no parece haber voluntad en el Gobierno del Estado para resolverla. Al Sector Salud en Tabasco no parece haber llegado la Cuarta Transformación, queda un poquito más de un año al sexenio de nuestro paisano, pero a nuestra tierra y a nuestra agua, en muchos rubros no ha llegado.
Está claro que no es responsabilidad del Presidente de la República; yo estoy convencido de que hay fuerzas contrarias que ejercen presión y vienen de los sexenios del de Roberto Madrazo, de Manuel Andrade, Andrés Granier y Arturo Núñez y son los señores del dinero en Tabasco, que son profundamente racistas, clasistas, corruptos y corruptores. Se requiere de la fuerza de un gigante como AMLO para que las cosas cambien de fondo, la única figura local que podría emular esa talla es Raúl Ojeda Zubieta, ojalá que tenga la voluntad de hacerlo.
Quedan muchas deudas a la 4T en Tabasco, pero todavía hay tiempo, queda poco más de un año completo para revertir la tendencia del deterioro en los servicios de salud en el estado y recuperar lo que alguna vez fue orgullo por la excelente atención que se tenía. Tenemos que ir para allá o se volverá a instalar la desesperanza y la tristeza en los corazones de la gente y estas condiciones se transforman en ira con el tiempo y por ende en violencia. Ya no.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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