La mayoría de los mexicanos sabemos que el presidente Andrés Manuel López Obrador es un gran aficionado al beisbol. No oculta sus salidas a practicarlo. Inclusive en algunas ocasiones lo ha hecho en días y horarios laborales. Eso es lo de menos, los presidentes no tienen horarios normales como el resto de nosotros, así que acomodar un tiempo para practicar deporte y relajarse no debe ser motivo para que los opositores se rasguen las vestiduras.
¡Ya supérenlo!
Se reconoce que el juego de la pelota caliente es un deporte meramente estratégico. Y quiénes lo practican bien, saben aplicar las habilidades del campo en la vida diaria… Dicen.
En el caso del presidente AMLO, sí creo que en ocasiones las estrategias políticas que utiliza coinciden con jugadas que bien pudieran ejecutarse durante un partido de beisbol.
Dígamos que López Obrador está pitcheando con 1 out en la pizarra, corredor en primera y bateador en la caja con cuenta máxima. Entonces es aquí cuando las características del pitcher se potencian: velocidad, variedad de lanzamientos y control de la bola. El presidente le lanzó a la oposición una curva que apenas pudo machucar y generó un elevado en el infield que por regla dio out al bateador y como el corredor se movió de la base por impulso, lo tocaron y se generó el doble play.
El presidente nuevamente mantiene el control de juego.
Ahora veamos lo que sucedió en el escenario político con esta analogía deportiva.
Lilly Téllez deseaba ser candidata presidencial, lo gritaba, lo sufría. Pero AMLO le dio la base por bola. Ni siquiera la dejó abanicar la pelota. Y no porque tuviera miedo de que le pegara home run sino porque simplemente es una jugadora que no conecta, no embona.
Pero enseguida llegó Xóchitl Gálvez queriendo irrumpir en La Mañanera y a la oposición le hizo gracia. Los representó. Luego entonces, lanza la bola Andrés Manuel y el Frente Amplio le contesta con un elevado que termina con out para el bateador Alito X. Cortés Zambrano y un toque a la señora Gálvez para doble play.
AMLO le “restringió” la entrada a Palacio Nacional, luego la destapa como candidata presidencial en LA MAÑANERA y la oposición y todos los anti-López de México ahora tienen quién los defienda. Xóchitl es la elegida (¡no por ellos, claro está!) y supuestamente su etnicidad la respalda para quitarle el poder al indio pata rajada que nos gobierna.
Andrés Manuel López Obrador merece sin duda el Cy Young.
Se canta el tercer out en la parte baja de la octava entrada y el juego parece estar en calma para iniciar el último inning. Si le sale la jugada al presidente, se estaría quitando el compromiso de que la encuesta posicione a Marcelo o a Adán porque no empatarían contra una candidata de la oposición. Se requerirá de una postulante mujer de MORENA y ahí #EsClaudia Sheinbaum. Lista para cumplir con el encargo de continuar la Transformación del país. El presidente lanzó, ponchó y ganó.
Diría el genial Pedro “El Mago” Septién: “Matemática obscura, brillante ballet, eso es el Beisbol”.
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