Desde la mañana comenzaron a confluir visitantes de todos los estados en el zócalo capitalino, la consigna solo era una, festejar la hazaña de hace 5 años que otorgó el triunfo al pueblo de México. Después de arduas luchas populares y cantidad de movimientos sociales contra la opresión, la corrupción y el saqueo de los gobiernos neoliberales y que responden a casi 100 años después de la época Cardenista. La suma de los procesos revolucionarios no armados se tradujo al fin, en 2018 en el triunfo popular de la izquierda mexicana, encabezada por el hombre más querido de nuestro país y quien sin ninguna duda cuenta con el amplio respaldo del pueblo, nuestro presidente Andrés Manuel López Obrador.
EN el zócalo y las calles aledañas se vivía un ambiente de júbilo, entre simpatizantes del presidente que llegaron a mostrarle su cariño, pero también daba enorme gusto y alegría encontrarse a compañeros que orgullosos portaban sus chalecos de MORENA, los tenis que utilizaron para caminar tantos días en los recorridos casa por casa y sus sombreros. Brigadistas voluntarios del movimiento que con esfuerzo y dedicación fuimos desde la base y sin lugar a dudas promotores esenciales del triunfo en el 2018, defensores de la patria y la democracia y con risas sonoras y muchas anécdotas, el zócalo se inundaba de historias del aquel 1 de julio del 2018 y los procesos previos, se escuchaba el rumor de las opiniones hacia el proceso del 2024, pero en aquella explanada todos absolutamente todos, de alguna u otra forma fuimos y somos parte de la historia moderna de nuestro país y que defendimos el proceso democrático de instaurar la 4ta transformación.
Una vez más, cuando Andrés Manuel habló, no llovió y aunque el cielo vaticinaba tremendo tormentón, durante el largo discurso del Presidente no se dejo sentir el agua, sino hasta el final en el momento más emotivo de su disertación. Parecía que al unísono del clamor popular ¡Pueblo! La lluvia arreciaba con el grito de los asistentes que contestábamos al presidente. Entonces, la emoción más la fría lluvia que corría por nuestras cabezas, erizaba la piel.
Ahí estábamos, cientos de miles de mexicanos dispuestos a seguir luchando codo a codo con nuestro Presidente.
Previamente, en la presentación de los concurrentes en el templete, se escuchaban aplausos y vítores, sin embargo, cuando se mencionó al gobernador de Zacatecas de apellido Monreal un enorme “Buuuu” Inundo la plaza. La encuesta se había hecho presente y había un veredicto.
El mensaje político del presidente pareció recordarles a los políticos actuales, a los jóvenes como él siempre dice y a los aspirantes a la Presidencia de la República su legado histórico aprendido de la máxima Juarista “Con el pueblo todo, sin el pueblo nada”
Y mencionó: “…La primera de estas citas implica considerar que si se pretende cambiar una realidad, injusta y de corrupción, no hay que ser ingenuos, no se va contar nunca con el respaldo de las élites y por eso es necesario, por convicción y protección política, apoyar a los de abajo, aliarse y sostenerse siempre, respaldarse con el pueblo. “somos pueblo”
Entonces, ante los ecos sonoros del pueblo, las voces de quienes gritan extasiados contra la corrupción y felices de los logros de la 4ta transformación enumerados por nuestro Presidente. Finalmente, si llovió, al final del discurso de nuestro presidente nos acompañó a ritmo constante el agua infinita de la lluvia que enarbola la convicción de miles de personas, quienes aun con el constante golpetear del agua en nuestros cuerpos decidimos no movernos ni un ápice, mientras que con el puño en alto entonábamos victoriosos y resistentes las notas de nuestro himno nacional. Soldados de la patria defensores de la transformación.
¡Es un honor estar con Obrador!
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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