Los agoreros del desastre siguen haciendo su labor y día tras día a pesar de los evidentes indicadores económicos que reflejan un manejo excelso de la gobernanza, pregonan que México está en llamas. Todos los escribanos y periodistas a modo del régimen neoliberal en perfecto nado sincronizado hacen las mismas afirmaciones de que al país lo está destruyendo Andrés Manuel López Obrador.
Es sin embargo, su paranoico posicionamiento una estrategia vacía que no convence más que a sus radicales y más duros sectores que vieron mermados sus beneficios personales porque en las administraciones públicas de antes del Obradorismo hallaron un placido nido de negocios al amparo del poder y sacaron múltiples beneficios que aún afectando el interés general les redituaron en amplias prebendas que aún siguen añorando y extrañando.
La figura más representativa de de esta situación la expone el multimillonario Claudio X. González. Ese pseudo empresario que se ha auto denominado como un representante de la sociedad civil, cuando en realidad lo que representa es un poderoso grupúsculo que resiste y planea pelear por retornar al poder político imponiendo primero un candidato de derecha fiel a su agenda y después en el caso de lograr ganar tendiendo un rehén de su financiamiento que hoy es visible a kilómetros pues es bien notorio su patrocinio e inversión en la construcción de esa candidatura opositora al régimen actual. No es menor la cantidad de recursos propios y que combinados con apoyos ilegales que se reciben desde el gobierno norteamericano, ya ampliamente documentados, por el propio gobierno mexicano aplica este sujeto a través de supuestas organizaciones civiles para seguir golpeando diariamente al presidente López Obrador.
En el evento más reciente de la oposición de derecha que aglutina a los podridos partidos de Acción Nacional, Revolucionario Institucional y de la Revolución democrática en que se plagió prácticamente la idea del Movimiento de la Transformación para encontrar a quien habrá de ser su candidato, el magnate X.González en su abierto proselitismo y activismo político dejó claro que él es el estratega en quien recae la responsabilidad de todo el bloque conservador, incluyendo al Poder Judicial Federal de llevar a cabo las acciones para intentar recuperar la presidencia de la República.
En tal sentido es necesario advertir que con una candidatura de MORENA debilitada por una improbable ruptura o por un proceso desaseado o disparejo hará mella en la hoy holgada ventaja que tiene en los números la ola guinda.
Esa ventaja es necesario mantenerla y acrecentarla porque será indispensable para llevar a cabo “el plan C”, es decir, la victoria contundente en 2024 que permita no sólo continuar con la presidencia sino también obtener la mayoría calificada, las dos terceras partes en el legislativo para de una vez por todas acabar de tajo con las reminiscencias del PRIANATO y su corrupto sistema político.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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