Los sucesos vertiginosos posteriores al banderazo (Consejo Nacional de Morena) de salida a la carrera por la candidatura de la izquierda mexicana a la presidencia de la República se han dado de manera muy intensa e interesante.
Lo que es un hecho es que el movimiento de regeneración nacional que conforma la coalición Juntos Hacemos Historia ha establecido la agenda y ha ganado los espacios relevantes en la prensa nacional, tanto la de los medios neoliberales como de las plataformas alternativas de comunicación en la nueva era digital. Esa ventaja no menor y por el contrario, muy favorecedora para los fines de la continuidad de la cuarta T, mantiene impávidos a los opositores que después de todo muestran su evidente inexperiencia siendo oposición pues estaban habituados a ser poder en ejercicio.
Hoy han mostrado su poco talante y nula sensibilidad a cristalizar una oposición eficaz y congruente con las causas de sus adeptos porque en realidad lo que representan es solo el odio irracional al personaje que los noqueó y evidenció en sus más ordinarias contradicciones.
Sin poder de respuesta o capacidad de convocatoria, la hoy débil y confundida franja opositora se mueve como alma en pena recogiendo sus despojos de pretendida dignidad que decidió tirar por la borda cuando le apostó a la agenda politiquera golpista y ruin del desdibujado criticismo destructivo sin sustento y un exacerbado catastrofismo de que el país se incendió con un movimiento que por el contrario sigue representado la esperanza de una sociedad más igualitaria en donde por salud republicana debe apostarse primero por los sectores más desvalidos pues ahí comienza la construcción de un nuevo pacto al que si aspira la sociedad en su conjunto.
Hoy estamos ya en plena contienda interna de los aspirantes más reconocidos de la izquierda en el ámbito político nacional y se comienzan a dar las primeras escaramuzas entre las huestes de uno y otro, pero es mi pronóstico que el que salga favorecido por la mayoría del pueblo deberá tener un comportamiento a la altura de las circunstancias y los que hayan quedado en el camino deberán blindar y sumarse al proyecto del triunfador.
El movimiento lo exige y la madurez y concienciación política que dejó sembrada como una semilla el Presidente López Obrador a través de su pedagogía política y machacona nos dará la certeza de que si vemos tufo de posibles traiciones, siempre el pueblo tendrá la valiosa herramienta de la revocación del mandato. Porque el pueblo pone y el pueblo quita.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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