Crear un problema para luego resolverlo (generalmente ligado a una supuesta “decadencia en la democracia”) ha sido la fórmula de países como Estados Unidos para hacerse de los recursos naturales de los países a lo largo de la historia. Intervencionismo y Golpes de Estado son algunos de los componentes de dicha fórmula, que bien se pueden observar, en algunas de las revoluciones del siglo XIX.
Sin embargo, la actualidad no es la excepción, caso de, por ejemplo, Bolivia y Perú, con la mayor reserva de litio en el mundo y con 880.000 tn. De litio respectivamente. Pero ¿Qué es el litio? ¿Para qué se utiliza? Y ¿Qué poderes fácticos se encuentran detrás de la explotación de este mismo?
El litio es considerado como el oro del siglo XXI, ya que es la materia prima clave para las tecnologías más avanzadas, como la fabricación de teléfonos celulares, computadoras y baterías eléctricas. Pero ¿Qué hay de México?
El pasado 19 de febrero el presidente Andrés Manuel López Obrador firmó un decreto histórico que nacionaliza el litio para que la explotación de este mineral estratégico sea exclusivamente del gobierno, sin embargo esta decisión fue totalmente contraria durante los sexenios pasados, puesto que en el periodo neoliberal se entregaron 97 mil hectáreas, para extraer el litio, en concesiones a ocho empresas extranjeras y dos mexicanas, esto a pesar de que el Artículo 27 constitucional establece que solo los mexicanos por nacimiento o naturalización y las sociedades mexicanas tienen derecho para adquirir el dominio de las tierras, aguas y sus accesiones o para obtener concesiones de explotación de minas o aguas.
Ese entreguismo que caracterizó al neoliberalismo pretende hacer del litio lo que hizo en su momento con la plata, en dondeen tan solo 10 año se entregaron 24 mil concesiones a trasnacionales; la mayoría con sede en Canadá, Estados Unidos, Australia y el Reino Unido. Por lo que, a pesar de que México es el mayor exportador de plata, las ganancias se van al extranjero dejando en México, únicamente empleos mal pagados, malas condiciones mineras, criminalización de defensores ambientales, el desplazamiento de comunidades, nula transparencia y una grave contaminación ambiental. Es decir, es un total saqueo a la nación.
Además de esto, no hay que olvidar que la ley ha permitido la entrega de estos millones de hectáreas al sector privado, por lo que las medidas tomadas por el presidente López Obrador significan justicia para el pueblo de México; por lo que, la reforma a la Ley minera y la firma del decreto plantean que el litio sea un mineral estratégico, para que a su vez este sea protegido y no se den más concesiones. Se tiene que privilegiar que el estado realice estas actividades para la soberanía energética y que a su vez se combata la corrupción sin dejar de lado, los altos estándares ambientales e industriales.
No obstante, una minoría en el país autoproclamada “oposición” se esmera en desinformar a la población. Que si México no tiene la tecnología para la extracción y el procesamiento de dicho mineral o que si aún no se sabe si este es suficiente para su explotación… en dado caso que no se tuviera la suficiente cantidad de este mineral para su explotación ¿Por qué oponerse a su nacionalización? Y además ¿Por qué defender el millonario presupuesto del INE, pero reclamar “lo costoso que sería para los mexicanos dicho procesamiento”?
El “Plan Sonora” busca impulsar el litio para la futura creación de baterías para carros eléctricos, el gobierno mexicano ha invitado a países productores de litio y empresas a participar en dicho plan. Se espera que Tesla, el fabricante de autos eléctricos instale una planta eléctrica cerca del AIFA. Entre tanto la oposición sigue defendiendo al modelo entreguista, privatizador e ilegítimo, impuesto por el FMI, de una oligarquía disfrazada de democracia y de subestimación a lo que los mexicanos podemos hacer.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
Comentarios