“Cuando se descubrió que la información era un negocio, la verdad dejó de ser importante”.
Ryszard Kapuscinski (1932-2017).
El 27 de diciembre pasado en la conferencia matutina una reportera del periódico Reforma cuestionó al presidente López Obrador acerca del presupuesto de salud para el 2023, con la arrogancia y falta de respeto que caracteriza a varios representantes del golpismo mediático, quienes por cierto utilizan esos espacios más que para obtener respuestas a cuestionamientos que aclaren o provean de información a las audiencias solo con el firme propósito de sembrar la visión conservadora de los hechos.
La estrategia en las intervenciones de ese tipo de reporteros se ha ido modificando, pasando de lo que fue inicialmente la pregunta para obtener una respuesta hasta convertirse en un cuestionamiento que conlleva un planteamiento, a manera de afirmación categórica, muchas veces atribuyéndoselo en sus medios al propio presidente. Parecerían solo sutilezas, pero en realidad encubren la clara intención de manipular lo dicho por López Obrador y fortalecen las narrativas derechistas de la realidad virtual que promueven cotidianamente entre quienes aún creen en lo que publican y/o difunden.
Veamos algunos ejemplos recientes. Comencemos precisamente con la participación de la reportera del Reforma mencionada al inicio de este comentario. Inicia con una afirmación: El Inegi reporta que los mexicanos gastaron siete veces más en salud que la inversión total que hizo el gobierno federal en este sector el año pasado.
Continua con una “petición” seguida de una categórica afirmación y concluye con el estado de los servicios públicos de salud: Me gustaría que hiciera una autocrítica del porqué la gente está optando por los servicios de salud privados. Si esto deja o demuestra que los servicios de salud públicos aún siguen siendo deficientes e insuficientes. Finaliza su “primer pregunta”, afirmando de nuevo y cuestionándolo enseguida: Usted había prometido un sistema de salud similar al de Dinamarca. Le falta menos de dos años. ¿Usted cree que se pueda cumplir esa promesa? Y para cumplirla, ¿qué es lo que se tiene que hacer?
Al identificarse como reportera del Reforma el presidente responde: “Ah, bueno”. Con esta expresión inmediatamente contextualiza a los seguidores de la conferencia y por ende ubica muy bien la forma y en fondo de los planteamientos. Acto seguido le pide al director general del IMSS que explique lo que acabada de informar con detalle, pues ese día fue martes de la salud.
Robledo en el uso de la palabra afirma categórico que… “la nota que trae hoy en su primera plana el Reforma es, una disculpa de antemano, pero es muy pobremente realizada. Primero, el comparativo que hace del gasto de salud es solamente del Ramo 12, que son los programas de salud pública justamente, programas que se dedican a intervenciones a la población en su conjunto: los programas de VIH, los programas de salud sexual y reproductiva. Ese no es el presupuesto, ni remotamente es el presupuesto del gobierno federal en atención médica…”. Siguiendo con el mentis de la nota el titular del Seguro Social agrega que: “… después (se) hace un cálculo, también bastante forzado, respecto a cuántas personas derechohabientes del Seguro Social que no utilizaron los servicios del Seguro Social asume que se atendieron en el medio privado. No todo mundo se enferma afortunadamente en el país, hay muchos derechohabientes que efectivamente pueden pasar mucho tiempo sin utilizar servicios de atención médica, consultas, estudios de diagnóstico, porque no se enfermaron. Hay quienes desde luego pueden estarlo haciendo en el medio privado, pero es un número mucho menor. Entonces, la verdad que la nota cuesta trabajo de pensarla con un rigor periodístico a partir de comparar cosas que no son comparables…”
La interlocutora vuelve a tomar la palabra e insiste en “la autocrítica” y remata con la afirmación de que en el IMSS vemos clínicas donde en el servicio de urgencias hay gente que está hasta tres días sentada en una silla de hierro, en el piso (¿?). ¿Todo eso para ustedes es parte de la eficiencia? O ¿cómo se califica todo esto?
El chiapaneco Zoé Robledo resume en tres puntos su respuesta: “… primero, esos 30 años de régimen neoliberal, que se defienden con tanta vehemencia … fueron los años donde se incrementó (la atención) a enfermedades que se pudieron evitar… El 45 por ciento del gasto es (para) enfermedades crónico-degenerativas. ¿Cuándo ocurrió este incremento? En los últimos 30 años… segundo, por la falta de inversión en la atención médica es que tenemos hoy una situación de insuficiencia… y tercero, falta de formación de médicos especialistas en términos de la necesidad de los propios sistemas de salud. Eso es verdaderamente criminal, que durante 30 años no se hayan formado los médicos suficientes…”
Interviene López Obrador subrayando que esta situación se superará hacia finales del próximo año, cuando tendremos un servicio de salud superior al de Dinamarca ya que ese país tiene tan solo cuatro millones de habitantes frente a los más de cien que tiene México pero además agrega que en aquel país no hay corrupción como la que había en el nuestro y que “ustedes promovían desde el Reforma y alentaban… y cuenta con un Estado de bienestar… que es lo que nosotros vamos procurando para México: primero, que no haya corrupción y, segundo, establecer el Estado de bienestar… Concluye categórico “… El Reforma no está de acuerdo con el Estado de bienestar, el Reforma está de acuerdo con la privatización de los servicios de educación, de los servicios de salud”.
Otro ejemplo. La reportera de la revista Proceso en su participación del 3 de enero pasado al referirse al tema del supuesto plagio de la tesis de la ministra Yasmin Esquivel expuso su “pregunta” que no formula como una interrogante ya que su intención no es conocer la opinión del presidente sino colocar la narrativa que defiende el medio que representa y en una de esas provocar algún comentario que a los derechistas les resulte de utilidad para su golpeteo, aunque en realidad diga lo que diga López Obrador servirá para nutrir la “realidad virtual” opositora.
El planteamiento de la interlocutora fue el siguiente, analicémoslo: Se queda pendiente también el tema de lo que se destapó, pues sí, en efecto, en este proceso de selección de presidente, presidenta de la Suprema Corte, que es lo que tiene que ver con la ministra Yasmín Esquivel, muchas de las situaciones que se han dado, usted también ya se ha pronunciado al respecto.
Pero surge toda esta situación, todo este proceso en el que ya también incluso se ha manejado que la fiscalía capitalina ha hablado en torno a este hecho. Hubo una denuncia, es lo que se maneja por parte de la ministra.
También la UNAM ya sale a decir, el rector Enrique Graue sale a decir que no avalan de alguna manera que se vulnere la credibilidad que tiene esta institución educativa, sobre todo cuando no se ha concluido este proceso en torno al supuesto plagio que existe, que ya se ha determinado hasta en un 90 por ciento. Lo que surge a raíz de este proceso y que al final de cuentas, bueno, sí llega de alguna manera a salpicar a estos ministros que son los impartidores de justicia también, incluso a la propia universidad.
El presidente responde de manera breve y no cae en lo rebuscado del planteamiento, que no pregunta insisto: “Sí, pero eso lo tiene que decidir la instancia correspondiente, nosotros ya hemos fijado nuestra postura sobre eso, y corresponde a la UNAM, lo dije, y luego a las instancias que se consideren”.
Al verse descubierta la reportera vuelve al ataque: Se lo preguntaba porque había mencionado usted que tenía el conocimiento de que se actuaba con rectitud. En caso de que la UNAM determine que sí hubo un plagio por parte de la propia ministra, ¿usted cambiaría de forma de pensar en torno al propio proceder de la misma?
Hábil como es López Obrador pregunta: ¿De quién? La interlocutora “aclara”: De Yasmín Esquivel, en caso de que se determinara que sí hubo un plagio. Porque usted mencionaba, bueno, consideraba que…
El presidente la interrumpe y señala convencido: “No, pues primero que se resuelva. O sea, a mí lo que me llama la atención es que cuando va a haber una elección salen estos asuntos. O sea, yo padecí de un proceso de desafuero. Cada vez que hay una injusticia así pues no me gusta, o sea, porque es politiquería. Por lo general los que acusan no tienen autoridad moral. Dicen: ‘¡Plagio!’ Ojalá y los problemas de México fuesen por plagio; los problemas de México son por robo. Y todos los que dicen ‘¡plagio!’, o se quedan callados ante los robos o se han quedado callados ante los robos, o ante la corrupción, nada más que si no les parece algo y más si se trata de perjudicarnos a nosotros, inmediatamente se enfilan. No tienen escrúpulos morales de ninguna índole, los conservadores son muy corruptos y muy hipócritas, pero también vivimos en una democracia y somos libres”.
La reportera deProceso que para entonces ha ocupado mucho más del tiempo que otros reporteros usan en sus intervenciones, por cierto, sin ninguna cortapisa o limite, intenta obtener respuesta al planteamiento en torno a la elección del presidente delTribunal Federal de Justicia Administrativa y de paso mezcla el tema de Segalmex como uno de los pendientes de esa instancia judicial.
El presidente responde que no tiene nada que decir y que no se mete en eso… “no somos iguales, eso es lo que no van a entender, porque no les conviene a nuestros adversarios, que si tenemos autoridad moral y autoridad política. Hay otras maneras de decirlo, pero no tiene caso”.
López Obrador vincula la deshonestidad y la corrupción con los medios y señala que existe libertad para todos, aunque “hay un pueblo muy consciente”, y afirma que los medios de información “están moralmente derrotados, igual que el conservadurismo, con honrosas excepciones, pero ellos se lo buscaron porque están metidos en la desinformación, es el hampa del periodismo bajo la consigna de que la calumnia, cuando no mancha, tizna… Pero ¿dónde está la credibilidad de los medios? La credibilidad que tenía antes Proceso, ¿dónde quedó?, o sea, por lo mismo. La credibilidad del Reforma, no hay un solo escritor articulista en Reforma objetivo, todos entregados por entero a la mentira, todos, programas de radio, de televisión”.
Subraya: “Por ejemplo, la pregunta que ella me hace, que tiene que ver con la mala leche de los editores de Proceso, sobre Segalmex, y categórico dice “No, no, no, pero no, no, si aquí no nos estamos chupando el dedo, o sea, no, no, no. Entonces, ¿por qué la pregunta? Y la reportera insiste desafiante: Porque es un tema pendiente.
El presidente sarcástico señala: “Ah, ‘es que viene ahora un tribunal, sí, y va a descubrir la gran corrupción en el gobierno que tiene que ver con Segalmex y que va a afectar al presidente’. No, no, porque yo no soy corrupto, tan sencillo como eso. Entonces, llevo años luchando por mis ideales y lo que considero más importante en mi vida es mi honestidad. Entonces, qué me van a hacer con una denuncia de Segalmex. Yo di la instrucción de que se presentara la investigación, la denuncia y que se fuese a fondo. Pero no sólo eso, no le permito la corrupción a nadie, ni a mis familiares. Por eso ese periodismo amarillista de ahora de Proceso, pues no hace mella. Pero ustedes no van a cambiar porque ya ustedes tienen una definición que tiene que ver con apoyar al bloque conservador”.
Creo conveniente seguir analizando las estrategias seguidas por los medios corporativos para generar en la mente de sus seguidores y creyentes esa realidad virtual como fundamento de su narrativa. Resulta pues complejo el desarticular la manipulación y la mentira promovidas cotidianamente en las empresas mediáticas. Requerimos de información que evidencie estas tácticas desinformativas, pero también de la reflexión para compartir con nuestros amigos lectores lo que representa la visión del país que la oligarquía fomentó en contra de la mayoría y aún hoy sigue impulsando. La otra visión, en cambio, se ha ido construyendo a lo largo de décadas, ha cobrado su mayor impulso en esta 4T y debe contar con todos los que creemos en el cambio para su continuidad en la unidad más allá del 2024, el logro de ello dependerá de nuestra participación consciente y el tema de la cuestión mediática es fundamental.
Hacemos comunicación al servicio de la Nación y si así no lo hiciéramos, que el chat nos lo demande.
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